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Todas las personas están rodeados de emociones positivas o negativas que le permiten reaccionar y adaptarse a los constantes cambios en su entorno (laboral, social o personal).
Una de las emociones que tiene una persona es El Enfado, producto de un menosprecio, humillación o injusticia percibida por el individuo para el mismo o para el resto de las personas.
Sin embargo, cuando el enfado se produce frecuentemente con mucha desenvoltura y de manera descontrolada, podría encontrarse en presencia de un cuadro de ira donde debe evaluarse la posibilidad de solicitar ayuda de médicos especialistas para no causar daños a su entorno.
Por la razón antes expuesta, explicaremos qué es el ataque de ira y por qué llega a ocurrir:
En un ataque de ira es la consecuencia de episodios de enfado donde la persona ante una humillación, descontento o injusticia reacciona imprevistamente de forma agresiva y violenta. Este escenario se diferencia de un enfado estándar ya que la persona manifiesta su violencia gritando, despreciando, lanzando cosas, golpeando objetos y/o agrediendo corporalmente a las personas más cercanas o con las que se relaciona habitualmente.
En virtud de la situación crítica que abarca el ataque de ira, la cantidad de consecuencias nocivas pueden ser:
1. Daño en la imagen de la persona.
2. Ruptura de las relaciones interpersonales con su entorno laboral, familiar o social.
3. Rechazo social por ser considerada una conducta inapropiada.
4. Pérdida del control y del pensamiento consciente que puede ocasionar daños irrecuperables.
5. Posiblemente, reciba por parte de su entorno respuestas de ira.
6. Presenta problemas con las autoridades policiales al ocasionar daño hacia una persona u objeto.
7. Presencia de arrepentimiento y culpabilidad aunque ya el daño generado por su ataque de ira ya se encuentra consumado.
Las causas que pueden inducir un ataque de ira son muy variadas, entre las cuales mencionamos:
1. Intolerancia ante la presencia de estímulos negativos.
2. Poca paciencia ante situaciones percibidas como una humillación personal, negligencia o anarquía desproporcional.
3. Presencia de trastornos psicológicos como: la depresión, fobia, trastorno bipolar, demencia, Alzheimer, alcoholismo, entre otros.
4. Abuso de sustancias nocivas que afectan la química y funcionamiento cerebral.
5. Presencia de enfermedades que le afectan emocionalmente como: epilepsia, hepatitis, diabetes, cirrosis, obesidad.
6. Convivencia inadecuada o errada con seres queridos, donde el desgaste e incumplimiento de las tareas domésticas genera explosiones emocionales como la ira.
Queremos ayudarte a superar tu ansiedad. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos entender mejor qué la provoca:
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