Estrategias para afrontar el estrés

El estrés es un estado de tensión a nivel fisiológico, emocional, cognitivo y motor cuando se presentan estímulos en el ambiente para los cuales el individuo se ve incapaz de responder, debido a una percepción de no disponer de las habilidades o medios necesarios para abordar la situación específica. La OMS (2023) menciona que todas las personas experimentamos cierto grado de estrés, puesto que es una respuesta ante las amenazas y a otros estímulos, sin embargo, la manera en que respondemos es un determinante para el bienestar. 

Siguiendo esta línea, el estrés es causado por estresores del ambiente, cuando estos ya no están, por lo general los síntomas desaparecen. Usualmente, son externos a la persona, algunos ejemplos, exceso de trabajo, problemas financieros, discusiones de pareja, etc. 

A nivel fisiológico, el estrés puede aumentar el ritmo cardiaco y respiratorio, se pueden presentar dolores de cabeza, malestar gástrico y sensación de tensión. A nivel emocional, irritabilidad, ira, mal humor, sensación de agobio. A nivel cognitivo se presentan pensamientos de ansiedad, confusión, dificultad para tomar decisiones y a nivel motor, incapacidad de relajarse, incremento de hábitos poco saludables y patrones de sueño irregulares.

El estrés sigue unas fases propuestas por Selye (1936) estas son la reacción de alarma, estado de resistencia y fase de agotamiento. 

• Reacción de alarma, es cuando el organismo detecta el estresor y comienza una activación a nivel interno.
• Estado de resistencia, es cuando el organismo reacciona ante el estresor e intenta adaptarse manteniendo una respuesta equilibrada, sin embargo, cuando la exposición es prolongada se transita a la siguiente fase. 
• Fase de agotamiento, cuando se comienzan a debilitar y agotar los mecanismos de defensa y adaptación, comienza un desgaste a nivel físico y mental que puede traer consecuencias en la salud. 

Estrategias para afrontar el estrés 

• Mantener una higiene de sueño adecuada que permita el descanso apropiado.
• Seguir una rutina diaria, ya que, permite organizar horarios y actividades, de esta manera, se distribuye el tiempo de manera funcional e incrementa la sensación de control y productividad. 
• Emplear estrategias de regulación emocional. Realizar ejercicios de respiración, relajación o mindfulness. 
• Llevar a cabo actividad física o algo que permita mover el cuerpo, puede ayudar a liberar la tensión acumulada por el estrés. 
• Durante la semana destinar tiempo para actividades de autocuidado, que faciliten la desconexión de lo que está causando el estrés y permita un momento de relajación y disfrute. Pueden ser hobbies o alguna actividad en particular que le guste a la persona. 
• Cuidar el diálogo interno, habitualmente en estas situaciones tiende a ser negativo. Del mismo modo, estar atento a los pensamientos intrusivos sobre las situaciones para poder manejarlos. 
• El apoyo social es un factor fundamental, es una fuente de adaptación e integración.
• Si la persona no puede afrontar la situación por la que está pasando y se ve superado por los estresores del ambiente, buscar acompañamiento terapéutico es importante. Se pueden trabajar técnicas para la solución de problemas, toma de decisiones, inoculación del estrés, entre otras.