Habla ahora con nuestro equipo, sin compromiso, y si te suscribes podrás hablar gratis 50 min. con tu psicólogo.
Permítenos ayudarte a afrontar de manera más positiva y eficaz los retos del día a día.
Nuestro cuerpo tiene buena memoria y va almacenando “traumas”. Cada una de las veces que te has lesionado, diferentes intervenciones, incluso circunstancias estresantes en tu vida que nada tienen que ver con el deporte, quedan en tu memoria con sus sensaciones, pensamientos, sonidos, imágenes y emociones asociadas. Cuando en el presente damos, por lo que sea, con una de estas sensaciones activamos estas memorias y es aquí cuando conectamos vivencias y nos paralizamos. Aunque de manera inconsciente, algo nos dice: ¿y si vuelve a pasar? Cuando conectamos con estas sensaciones pasadas, damos de nuevo al on en el interruptor de nuestro sistema de alarma, desencadenando una serie de cambios para responder ante la amenaza (aunque ahora fantasma).
Ante un peligro el cuerpo se prepara para hacerle frente, principalmente luchando o huyendo. Para esto, aumentará la adrenalina, incrementando la frecuencia cardíaca y la respiración, tensando los músculos, paralizando la digestión y reteniendo líquidos. Cambios que también se dan cuando hacemos deporte, claro que en este contexto le damos una explicación y lo normalizamos (pero podría explicar algunos casos en los que, al empezar a acelerarse la respiración y la frecuencia cardíaca, hay quien siente miedo a seguir y cree que no puede más, incluso quien desencadena ansiedad).
Otra reacción es paralizarse, que llega cuando las otras dos fracasan y que usábamos para que los predadores nos dieran por “muertos” y perdieran el interés. Como humanos evolucionados, razonamos y tenemos capacidad para interpretar y anticipar. Y es aquí donde empieza el lío. Nuestras experiencias, creencias y explicaciones de la realidad nos van a llevar a analizar (a veces erróneamente) nuestras capacidades y, por lo tanto, a anticipar la respuesta de bloqueo cuando valoramos que fracasaremos en la lucha o huida, así como también a permanecer demasiado tiempo en un estado de alarma que al final se volverá desadaptativo. Veamos la importancia de los siguientes elementos:
A veces, hacer consciente lo inconsciente nos ayudará para romper este ciclo negativo. Otras veces, necesitaremos trabajar con un psicólogo profesional para enfrentarnos a estos miedos, a estas memorias pasadas y hacer las paces con ellas.
Queremos ayudarte a superar tu ansiedad. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos entender mejor qué la provoca:
Habla ahora con nuestro equipo, sin compromiso, y si te suscribes podrás hablar gratis 50 min. con tu psicólogo.
Permítenos ayudarte a afrontar de manera más positiva y eficaz los retos del día a día.
< Siguiente
Estrés y lesionesAnterior >
A qué me refiero por estrésSuscríbete a las Noticias de Psonríe
Puedes seleccionar que tipo de noticias quieres recibir