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El estrés es una reacción de alarma que se activaba cuando teníamos hambre y sed, cuando nos encontrábamos ante un peligro, un adversario, ante dolor, virus o infecciones, para ponernos en un estado de alerta y protegernos. Ahora, este estrés lo puede provocar una emoción no expresada, falta de habilidades sociales que nos impiden tener una buena comunicación con nuestro entorno e incluso nos provocan grandes cargas emocionales, tensiones laborales, la presión de agradar o ser la/el mejor, la continua y falsa sensación de hambre y sed provocada por los ritmos desordenados y el consumo de refinados y procesados, etc.
Ante una alarma, ya sea este falso hambre o estrés laboral, el cuerpo reacciona tal y como estamos adaptados para hacer frente a un peligro. El cerebro no distingue si la alarma es porque hay fuego, nos hemos enfadado con nuestra pareja o nuestra microbiota es un desastre. Estas respuestas que aportaban ventajas a la supervivencia, ahora en un contexto en el que no es una alarma puntual, sino que se mantiene en el tiempo, acaban generando desadaptación. Conservar energía se traducirá en obesidad o desajustes hormonales. Conservar líquido en retención de líquidos e hipertensión o trastornos circulatorios, suprimir la inmunidad a la larga supondrá reacciones inmunes (alergia, hiperpermeabilidad, patologías inflamatorias... Un aumento de alarma constante será ansiedad, insomnio, irritabilidad, afectación de la atención y memoria, propiciando que estemos poco centrados en la tarea, olvidando básicos como el calentamiento, la alimentación y el sueño. El recogimiento social podrá derivar en depresión y el aumento en la sensibilidad de los tejidos significará fatiga, dolor y lesiones.
Mi intención no es dramatizar ni ser catastrófica, sino todo lo contrario. Mi intención es tratar de buscar soluciones a todas aquellas cosas que en el día a día se acumulan y acaban generando este estrés constante:
Queremos ayudarte a superar tu ansiedad. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos entender mejor qué la provoca:
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