Principios básicos de la Terapia de Aceptación y Compromiso

En el área de psicología durante los últimos años, las herramientas terapéuticas han  alcanzado un puesto de gran importancia en la práctica clínica. En el caso de la terapia clásica cognitivo-conductual ahora le aparece un adversario fuerte, las terapias contextuales de tercera generación el cual abarca la terapia de aceptación y compromiso. 

De acuerdo con el panorama de aceptación y compromiso, se infiere que el principio de la psicopatología está en una etapa de rigidez psicológica que comprende seis procesos: 

• Fusión cognitiva: Se refiere al proceso en el que los pensamientos ejercen un recio control sobre nuestra conducta, cuando una persona se comporta de acuerdo a lo que piensa, indistintamente si le genera consecuencias positivas o negativas, lo que puede llegar a evitar que se compare la experiencia con la realidad. 
   
• Evitación experiencial: Es cuando el individuo no tiene la disposición a mantener un contacto con sus pensamientos  y emociones fisiológicas y hace todo lo necesario para no experimentarlas. 
   
• Ausente del momento presente: Este punto se refiere a la rigidez de tipo atencional y el dominio del futuro y el pasado, lo que evita que el individuo se coloque en el tiempo presente, en lo que se relaciona con preocupaciones y dolor. 
   
• Yo-concepto: Es la forma de relacionarse con uno mismo. De acuerdo con evaluaciones, denominaciones y categorías, es decir el individuo hace el intento de ser quien él dice que es y alimenta así el autoengaño. 
   
• Ausencia de claridad y compromiso con los valores: Es en el momento que el individuo no se encuentra en contacto con sus valores propios, este no se identifica con sus propios valores perdiendo el sentido de la vida. 
   
• Inactividad/impulsividad: Se refiere a los patrones de comportamiento donde se evitan las acciones y cuya finalidad es disminuir los estados emocionales aversivos.

El principal objetivo de la terapia de aceptación y compromiso es quitar la rigidez psicológica y lograr la flexibilidad psicológica, en este particular el individuo debe estar en contacto con el tiempo presente, de manera consciente y completa. Sin tener una necesidad de defensa, mantenerse en una conducta o renovarla de acuerdo a sus valores elegidos y es aquí el momento que la persona alcanzará su salud psicológica de manera centrada, comprometida y abierta. 

La terapia de aceptación y compromiso se fundamenta en la utilización de los siguientes procedimientos: 

• Defusión: En este punto el individuo debe poder entender los pensamientos, creencias, recuerdos como componentes que ocurren, pero no protagonizan verdades absolutas.
   
• Aceptación: en este paso el principal objetivo es que la persona reconozca y acepte todos los aspectos emocionales incluyendo la experiencia humana. Se intenta abrir un espacio donde la persona pueda percibir los aspectos emocionales, sin complicaciones mentales, sin juzgar, haciendo que la persona sea flexible, receptiva y abierta. 
   
• Atención al presente: Poner toda la atención a los acontecimientos de una forma flexible, centrada y voluntaria, de tal manera que pueda tener una respuesta adecuada a las eventualidades naturales que se desarrollen en cada momento. 
   
• Yo Contexto: En el yo contexto se entiende el yo como un proceso y espacio desde el cual se puede avisar lo que está aconteciendo sin juzgarlo, en el aquí y ahora.
   
• Valores: Son una comisión de direcciones esenciales seleccionadas de manera libre, construidas, con un enfoque social, no descubiertas, el cual le dan la posibilidad a la persona de incluir patrones de una tarea en acción.
   
• Acción comprometida: Se refiere al acuerdo con patrones de conducta o más claro, materializar los valores en el presente. 
  La terapia de aceptación y compromiso es considerada por algunos especialistas compleja por ello debe ser aplicada solo por profesionales especialistas en el área.