Durante el desarrollo humano, la adultez tardía, también conocida como senectud, es una etapa que refleja un fenómeno que afecta a toda la población: el envejecimiento biológico. Esta fase de la vida se inicia alrededor de los 60 años y se prolonga hasta el final de la existencia humana. En ella, son notorios los cambios físicos como cognitivos y estos pueden variar significativamente dependiendo el contexto de cada persona. Estos cambios son el resultado acumulativo de los hábitos adoptados desde la juventud, la genética que básicamente es una ruleta y la influencia de eventos impredecibles, como los accidentes.
Todos estos factores pueden afectar de manera considerable la calidad de vida durante esta etapa. La transición que se da al momento del retiro es un aspecto de interés común en la adultez tardía, marcando un cambio en la dinámica social y personal del adulto mayor. La manera como se maneja el retiro puede tener un impacto profundo en su bienestar psicológico y en la forma en la que se adapte a los cambios asociados con el envejecimiento.
El retiro puede ser una oportunidad para el crecimiento personal y la redefinición de nuevas metas, permitiendo a los adultos mayores explorar nuevas aficiones, involucrarse en actividades comunitarias y disfrutar de una mayor libertad. Algunos beneficios son:
Es innegable que, en ciertas ocasiones, la etapa del envejecimiento puede conllevar una alta calidad de vida. Algunos adultos mayores toman la iniciativa de retirarse voluntariamente, contando con ingresos estables que provienen de su pensión y el apoyo de su familia, lo que les permite vivir el resto de sus días de manera plena. Sin embargo, esta situación es solo una parte de una amplia población.
Sin duda, es crucial reconocer que, más allá de esta pequeña parte de la población, los demás enfrentan retos significativos. Entre estos, las limitaciones financieras son una realidad, ya sea por pensiones que no alcanzan o la ausencia de ahorros, situaciones que les dificultan satisfacer sus necesidades básicas y generan dificultades en su calidad de vida, afectando su bienestar emocional y físico.
Realmente, no siempre los adultos mayores se retiran por gusto. Existen múltiples casos en la adultez tardía donde son retirados de sus empleos debido a su edad, ya sea para hacer espacio a las nuevas generaciones o porque se percibe una disminución significativa en su rendimiento. Esto puede deberse a la dificultad para adaptarse a las nuevas tecnologías o al hecho de que no son tan competentes como en su juventud.
Alcanzar la senectud no solo implica adaptarse a las pérdidas cognitivas y físicas, sino también a valorar las ganancias para equilibrar la balanza
En conclusión, la transición hacia la adultez tardía y el retiro ofrecen diversas experiencias. Por un lado, representan una ventana hacia el crecimiento personal y la exploración de nuevas metas, contribuyendo al enriquecimiento de la vida de los adultos mayores. Es un largo proceso donde se enfrentan a desafíos significativos como la soledad y el aislamiento, que pueden provenir de estados emocionales como la depresión. Fomentar la empatía y el apoyo social será pieza clave para asegurar que el retiro sea una etapa de bienestar y satisfacción para la población de adultos mayores.
Suscríbete a las Noticias de Psonríe
Puedes seleccionar que tipo de noticias quieres recibir