Habla ahora con nuestro equipo, sin esperas ni compromiso. Permítenos ayudarte a afrontar de manera más positiva y eficaz los retos del día a día.
Quién habló de estrés la primera vez.
Quién decidió ponerle esa palabra a la sensación de no llegar, de nunca tener el tiempo necesario, de ir siempre a contracorriente, de sentir el pecho encogido. Esta palabra tan abstracta que representa mil y una sensaciones. Esas sensaciones que todos hemos vivido en más de una ocasión en la vida. Así que sí, todos sabéis de lo que estamos hablando.
La reacción que más abunda delante del estrés es la del enfado, cabreo o malhumor continuo. La culpa y el machaque parece ser constante cuando viene de nosotros mismos. El sentir que no hemos sido capaces porque no podemos dar más de nosotros mismos o porque la tarea que tenemos entre manos escapa por completo de nuestra capacidad no nos ayuda a afrontar situaciones futuras con la energía y/o fuerza suficiente. Cuando eso ocurre, tendemos a olvidar que está en nuestras manos sentirnos mejor.
¿Has probado haciendo una lista de cosas que hacer?
¿Has organizado tu tiempo de forma realista?
¿Has pensando en cuáles son tus prioridades?
¿Has decidido en que orden hacer cada cosa?
¿Has terminado una tarea antes de iniciar la nueva?
¿Has decidido qué tiempo inviertes en cada cosa?
Te reto a que pruebes. Organizar tu tiempo y distribuirlo de forma realista entre cada una de las tareas que tienes pendientes es lo que te va a permitir respirar más aliviado y enfrentarte a cada uno que eso quehaceres con mayor confianza y ganas.
Queremos ayudarte a conseguir una mejor versión de ti. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos entender mejor qué la provoca:
Habla ahora con nuestro equipo, sin esperas ni compromiso. Permítenos ayudarte a afrontar de manera más positiva y eficaz los retos del día a día.
< Siguiente
¿Cómo nos paraliza el perfeccionismo?Anterior >
Sé pacienteSuscríbete a las Noticias de Psonríe
Puedes seleccionar que tipo de noticias quieres recibir