Límites en la infancia: "no me grites, por favor"

¿Qué son los límites y cómo ponerlos? Los límites son necesarios, porque dan seguridad, protegen y transmiten amor. Y por eso es importante saber ponerlos.

Reflexionando, tomando conciencia de uno mismo y actuando desde el amor será siempre el camino correcto para hacer las cosas de la mejor manera que podemos. Los gritos no son necesarios, los castigos no enseñan y los golpes hacen daño, sin aportar nada. Además para transmitir o enseñar algo, no es necesaria la fuerza, sino la motivación y el aprendizaje.

Los límites nos dan una estructura, nos dan la sensación de seguridad, nos enseñan a relacionarnos con nosotros mismos y con nuestro entorno. No hay una única manera de educar a los hijos. Cada padre y cada madre encontrará la manera que vaya consigo mismo. Sin embargo, es bueno tener en cuenta que hay maneras más amorosas con resultados más sanos para el desarrollo de tus hijos. Y para esto es importante tomar conciencia de ti mismo y de como te pones tus propios límites como adulto, porque todo empieza por ti, para luego poder transmitir y enseñar.

Si los padres aprenden a manifestar de forma sana sus propias emociones y sentimientos, abren un canal de comunicación en el que podrán expresar realmente lo que desean y esperan de su hijo.

Preguntas de reflexión para tener en cuenta a la hora de poner límites:

• ¿Te tomas el tiempo para conversar con ellos? (comunicación verbal:preguntas, frases, palabras y no verbal: mirarlo a los ojos, estar a su altura, sonreír, abrazar)
• ¿Has creado un equipo con tu pareja para la educación de sus hijos?
• ¿Escuchas lo que te tiene que decir, o solo gritas y esperas que él te escuche a ti?
• ¿Sabes gestionar tus propias emociones?

Consejos:

• Evita gritarle a tu hijo
• Da espacio para que cada uno se exprese. Toda emoción es válida.
• Vive el día a día.
• Busquen soluciones juntos.
• Cuida de ti y de tus emociones.
• Pon límites con amor y firmeza: reglas precisas y claras. Y siempre cumple tu palabra.
• Enséñale a calmarse.

Y tú, ¿sabes poner límites?