La ansiedad durante un proceso de duelo

Las pérdidas como, (divorcios, muerte de un ser querido, estabilidad laboral o cambio de trabajo, pérdida económica, separación física o emocional) generan duelos y esos duelos pueden traer ansiedad, siendo esta una sensación de no saber que va a pasar después de la pérdida o incertidumbre con respecto al futuro, experimentando miedos, intranquilidad y permanentes pensamientos negativos sobre situaciones que se pueden presentar, toda perdida y duelo genera un cambio, y con esos cambios llega la preocupación y miedo a no poder superar lo vivido, por lo que se podría decir que durante el duelo es normal experimentar la ansiedad, pues, hace parte del proceso.

La ansiedad es una emoción normal en el ser humano, es una alerta ante un peligro real o imaginario, pero si esta interfiere con el buen desarrollo en el diario vivir, con la posibilidad de tener una vida estable se vuelve un problema emocional para la persona que lo vive, pues entra en permanente estado de pensamientos negativos poco funcionales, preocupación exagerada por determinadas situaciones que no representan un peligro real, durante el duelo el sentimiento de desesperanza y que nada será igual que antes es uno de los dolores más fuertes, así como el miedo a creer que no se lograra superar ese dolor y el dudar de quien se es.

En el proceso de duelo puede aparecer el miedo a estar solo ya sea físico o emocionalmente, generando así posible miedo al porvenir, desasosiego de no saber qué va a pasar ahora que no está con ese ser querido o miedo a la inestabilidad, pensamientos negativos sobre su propia existencia y la soledad, así como posibles temores a salir o vivir como vivía antes de la perdida, pues es probable que se sienta que no se puede vivir con los cambios, lo que al ser un pensamiento permanente genera inestabilidad emocional, pues poco a poco se va reforzando la incapacidad de avanzar y los miedos se hacen más grandes.

La ansiedad se presenta de tres maneras, a nivel físico, con temblores, sacudidas, dolores musculares, insomnio, taquicardia y falta de aire, dolor en el pecho, a nivel cognitivo, con pensamientos irracionales, pensamientos catastróficos y falta de racionalidad, y a nivel conductual con la necesidad de huir de la situación que genera la ansiedad o de la misma ansiedad.  

Todo lo anterior, aparece durante el proceso de duelo y en la necesidad del huir de lo que se siente se ejercen conductas que no son sanas ni ayudan a avanzar, por ello es más fácil dormir que enfrentar, en este punto es importante resaltar que todo lo que se vive durante un duelo es totalmente válido, la ansiedad los pensamientos, el miedo y todo lo demás es válido, pero no se trata de quedarse en el dolor o miedo, es claro que todo esto depende de las herramientas obtenidas a lo largo de la vida que lleva a que ese duelo sea más llevadero o no.

Por lo tanto, la ansiedad es un estado emocional que se puede reconocer y aceptar en vez de huir de ella, teniendo herramientas para hacerla más llevadera, por lo que el hablarle y quitarle poder es una de las mejores maneras de hacerlo, con el objetivo de tener una mejora en la calidad de vida y para ello se necesitan herramientas y una guía por lo que es importante buscar ayuda profesional cuando no se puede avanzar por sí solo.