La Ansiedad de la Incertidumbre

Los seres humanos nos sentimos más seguros en un mundo predecible y controlable. Pero, realmente es imposible saber y conocer lo que va a ocurrir en el futuro (tanto lejano como cercano). Aun así, a veces vivimos como si tuviéramos la certeza de lo que ocurrirá porque de esta forma no tenemos que lidiar con la incertidumbre.

Las personas ansiosas suelen poner su foco de atención en el lado negativo de las cosas y anticipan el futuro imaginándose todas las cosas desagradables o terribles que acontecerán. Si por norma general tendemos a ver el lado negativo de las cosas e imaginamos que nos ocurrirán cosas desagradables o terribles, esta visión nos impedirá deshacernos de la ansiedad.

Hay gente que me dice: «Prefiero ponerme en lo peor, porque si luego sale bien, pues mejor y si sale mal, estaré más preparado para afrontar lo que ha ocurrido porque ya me he ido mentalizando». Pero mientras tanto el sufrimiento es terrible. ¿Realmente te merece la pena vivir preocupándote por algo que no sabes si va a suceder o no?

¿Qué puedes hacer?

El primer paso es identificar y darte cuenta que esos pensamientos son negativos, producen mucho malestar y que además generalmente son poco realistas, no son acordes con la realidad. El siguiente paso es contestar a la pregunta ¿Qué quiero hacer con estos pensamientos? Seguramente quieras modificarlos por otros más realistas y tranquilizadores. 
Aunque no es una tarea fácil y que requiere constancia, ¡ES POSIBLE!

Identifica los pensamientos que te producen ansiedad

El primer paso para poder cambiar nuestra forma de pensar consiste en aprender a identificar aquellos pensamientos de nuestro dialogo interno que causan nuestras emociones disfuncionales, en otras palabras que nos perturban.

Cada persona suele presentar unos pensamientos automáticos propios, pero a continuación se describen algunas características comunes.

            – Estos pensamientos suelen ser ideas específicas y concisas.

            – Aparecen como de la nada, automáticamente, como fueran un acto reflejo que se da espontáneamente cuando vivimos una cierta situación.

            – Acostumbramos a creerlos sin cuestionarlos.

            – Son encabezados por frases categóricas y culpabilizadoras. 

            – Cuesta detenerlos.
 

¿Ya los tienes identificados? Ahora trabajemos juntos para eliminarlos.