Factores que promueven una baja autoestima

La autoestima se debe fomentar desde nuestra infancia y adolescencia. Así mismo, definir cómo nos relacionamos en familia, con amigos y demás personas, y como nos vemos a nosotros mismos.  

La autoestima la construimos a partir de la aprobación, reconocimientos, méritos y el afecto que nos brindan nuestros progenitores. Se tiene como estadística que un 30% de cómo percibimos el mundo viene por parte de la genética, y la gran noticia es que el 70% dependerá de nuestro entorno. Esto nos permite tener un amplio porcentaje para modificar los rasgos menos positivos.  La buena noticia es que sea cual sea nuestro nivel de autoestima, con empeño, esfuerzo y voluntad, siempre será posible mejorar nuestra calidad de vida. 

El concepto de autoestima sigue definiéndose, cada vez tenemos más conciencia de que deseamos entendernos mejor, tener mejor calidad de vida y objetivos importantes. 
Expondremos los 10 aspectos que se interponen al tratar de mantener nuestra autoestima y cómo se podría contrarrestar: 

1. Rodearnos de personas tóxicas: este tipo de personas hay que mantenerlas a distancia, ellas no nos harán sentir bien. Se debe reducir, en la medida de lo posible, el tiempo que compartimos con este tipo de persona, sin sentir arrepentimiento ni ninguna obligación, poner distancia para protegernos. 
    
2. El autodiálogo de desaprobación: esto consiste en resaltar lo que hacemos mal, este comportamiento no conduce a nada bueno. Por el contrario, hay que saber reconocer los aspectos positivos, el potencial y las cualidades que poseemos.  
    
3. Fomentar auto pensamientos negativos: algunas veces mantenemos un diálogo internamente negativo, hay que evitar a toda costa transformar esos pensamientos en algo negativo. Cuando vemos personas que pueden ser tóxicas, se nota todo tipo de sensación negativas que solo traen malestar. No podemos dejarnos llevar por la negatividad de quejas y amarguras que no son fructíferas en la vida. 
    
4. Compararnos con otros: esto se realiza con frecuencia con un sentido de desaprobación, nos comparamos inadecuadamente con personas que no son ejemplares, sin embargo, buscar comparar y materializar logros y metas constructivas de otra persona puede ser positivo, así nos esforzamos más en aumentar nuestra autoestima. 
    
5. Respetarnos a nosotros mismos: aprendamos a respetarnos y a tratarnos lo mejor posible, desechar conductas destructivas que nos hagan sentir mal. Un ejemplo a aplicar sería realizar alguna actividad deportiva, cuidarnos forma parte esencial del respeto que nos merecemos. 
    
6. No establecer limitaciones: los límites marcan territorio, un territorio de nuestra dignidad. Aun así, hay que aprender a adaptarse y ser flexible ante las pequeñeces del día a día de nuestra vida. Todo lo que nos haga sentir mal debemos desecharlo, no se le debe dar espacio ni lugar. 
    
7. Relaciones de dependencia emocional: esta dependencia nos deja exhausto y es destructiva. Tomemos en cuenta lo que buscamos en una pareja y lo que nos hace felices. No crearnos fantasías y vivir en el mundo real. 
    
8. No ser asertivos: expresar con libertad todo aquello que no nos gusta es tarea fácil, por ello se reflexiona, nos detenemos unos instantes y nos preguntamos si deseamos hacer lo que nos piden o no. Olvidarnos de nosotros y de nuestras preferencias solo nos hará infelices, no se debe tener miedo al rechazo o al no agradar a otros, aprendamos a decir no con respeto. 
    
9. No hacernos responsables de nuestras emociones: cualquier situación que nos genere incomodidad es nuestra responsabilidad si la dejamos que ocurra sin decir nada. Siempre tenemos la opción de actuar debidamente para evitar daños. Todo aquello que dependa de nuestra voluntad para hacerlo cambiar se debe realizar con la mejor actitud. 
    
10. No tener objetivos vitales: es importante reflexionar de cómo deseamos vivir, que queremos alcanzar en un tiempo determinado. Este pensar de saber hacia dónde queremos ir en la vida nos mantiene enfocados y nos aleja del sentimiento de pérdida, ansiedad o de estar a la deriva en la vida. Nos proporciona confianza y seguridad afianzando nuestra autoestima.