Consecuencias del cyberbullying o ciberacoso

Recientemente, se ha hecho eco diferentes noticias en torno al bullying, sobre diferentes casos en los que las consecuencias han sido nefastas para las víctimas.

En este artículo vamos a centrarnos en las consecuencias del cyberbullying o ciberacoso, un fenómeno que implica la violación de la intimidad y la privacidad del niño/adolescente.

El niño o adolescente ve transgredido su mundo íntimo, su zona de confort que es su hogar, pues los ataques mediante los diferentes medios (internet, redes sociales, mensajes de texto…) traspasa ese lugar sagrado y de protección que ofrece su hogar.

Debida a dicha transgresión, se ha observado en los diferentes estudios llevados hasta el momento, el aumento de casos de suicidio infantojuvenil, pues ya no solo el hostigamiento se queda englobado en sitios físicos, como es el colegio, parques, calle, sino que ese entorno de protección se ve vulnerado y el menor no encuentra salidas para frenar dicho proceso de hostigamiento, viendo como única salida, conductas autolíticas, sin olvidarnos de los trastornos y/o síntomas vinculados a dicho acoso, como son la depresión, ansiedad, baja autoestima, pensamientos rumiatorios, somatizaciones, etcétera.

¿Qué podemos hacer los adultos y/o los padres?

Desde el colegio, deben de dar parte a las familias y a los servicios públicos si observan conductas de hostigamiento. No dejarse llevar por los conceptos de “son bromas”, “son tonterías de niños o de jóvenes”, o “es normal…”. Deben de huir de la normalización de dichas conductas y darle la importancia, y seriedad que merece.

Los padres deben de observar y estar atentos a los cambios de conducta de sus hijos: aislamiento, bajo apetito y bajo peso, autolesiones, llanto, nerviosismo, irritabilidad, cambios fluctuantes del estado emocional.

Si existen cambios conductuales y/o emocionales de los menores, es importante la comunicación, hablar, darles apoyo y buscar soluciones.

Solicitar ayuda psicológica para que el menor tenga recursos, trabajar la autoestima, mejorar el estado emocional y conductual y para que los padres también dispongan de herramientas hasta que finaliza el proceso de hostigamiento mediante los diferentes medios existentes.