Cómo se relacionan la hiperventilación y la ansiedad

La hiperventilación y la ansiedad están relacionados directamente y, con frecuencia, puede llegar a ser tormentosa. El no poder conseguir oxígeno para los pulmones y la falta de aliento son una sensación temible y, a su vez, una consecuencia directa de estos trastornos psicológicos. No obstante, no siempre somos conscientes de su ocurrencia.

No todas las personas relacionan esa repentina sensación de asfixia con un problema de ansiedad. Por lo general, se llega a pensar que se padece de asma o cualquier otra dificultad cardiorrespiratorio. Sin embargo, cuando se asiste a la atención primaria o a emergencia y se descarta cualquier factor físico u orgánico, la persona queda confundida.

Por su parte la hiperventilación no es una enfermedad, es una consecuencia de la misma ansiedad y se manifiesta de manera usual con los trastornos de pánico. Tampoco es peligrosa, ni se va a perder la vida por ello, por esta razón analicémoslas a continuación:

¿Cuáles son las características de la hiperventilación y la ansiedad?

Según, estudios realizados en la Universidad de Ciencias de la Salud, del Chicago Medical School, señalan que la alta sensibilidad a la ansiedad es un factor de riesgo para que aparezcan los ataques de pánico y, con ellos, la hiperventilación.

Es importante indicar, que la hiperrespiración o la falta de aliento también están relacionada con otros cambios a parte de los factores emocionales. El asma, el enfisema u otras enfermedades pulmonares pueden explicar los graves problemas para respirar con normalidad. En cualquier caso, lo más recomendable es asistir a especialistas en el área para el diagnóstico médico correspondiente.

¿Por qué cuando sufrimos ansiedad se hiperventila?

La hiperventilación se produce cuando la respiración se encuentra por encima de las necesidades del cuerpo. Esto sucede, cuando nos encontramos ante situaciones estresantes o bien la ansiedad logra un nivel elevado e incontrolable. Si no se percibe que se está respirando muy rápido y, entonces, se produce una descompensación, caracterizada por:

• Se altera el equilibrio entre el O2 y el CO2 como consecuencia de hiperrespirar.
• La disminución de CO2 en sangre es percibida por el cerebro como una amenaza.
• La finalidad es lograr estabilizar la situación reduciendo lo más pronto posible los niveles de O2 inspirados y de CO2 expirados, a través de la disminución de la respiración. Por esta razón se evidencia la sensación de asfixia.
• Al momento de desesperarse por respirar, el organismo oprime ese mecanismo, lo cual incrementa más la sensación de pánico y la desesperación.

¿Cuáles son los síntomas más comunes de la hiperventilación y la ansiedad?

La hiperventilación y ansiedad tienen una relación muy estrecha. Cuando la carga emocional es alta, el cuerpo reacciona mediante una respuesta fisiológica grande.

Sin embargo, lo más complejo de esta situación es que la experiencia de un ataque de pánico o de la hiperventilación, es que estos sucesos incrementan el miedo y la ansiedad. Los síntomas asociados a estos escenarios son los siguientes:

• Elevada tensión física y la angustia emocional.
• Dolor de cabeza y posible desvanecimiento.
• Sensación de no poder terminar de respirar, ausencia de aire. Experimentando paulatinamente mayor sensación de asfixia.
• Cada evento padecido tiene una duración aproximada de 20 minutos.
• Incremento de los latidos del corazón.
• Hormigueo en piernas, manos y alrededores de la boca.
• Pérdida del sentido.
• Sudoración.
• Sensación de irrealidad, mareos, visión de túnel.

¿Qué podemos hacer cuando se sufre de un ataque de hiperventilación?

Al tratar los temas de hiperventilación y ansiedad es frecuente pensar inmediatamente en una persona respirando con una bolsa de papel. Si bien es una técnica que se utiliza como estrategia, es importante tomar en cuenta los siguientes aspectos:

• La hiperventilación no es una enfermedad es un síntoma que tiene conocerse su origen, descartando en primer lugar si se debe a factores orgánicos.
• Si la ansiedad es la que produce esa hiperrespiración y los ataques, es importante tener presente la afectación en el estado de ánimo.
• En estos escenarios, tanto la terapia racional emotiva, la terapia cognitivo-conductual, la terapia cognitiva orientada a soluciones para la hiperventilación o la desensibilización y reprocesamiento a través de movimientos oculares, pueden dar buenos resultados.
• Al producirse los ataques de hiperventilación, es importante centrarse en la respiración, teniendo en cuenta que si se hace de forma acelerada la sensación de ahogo será más fuerte. Se recomienda evitar que los pulmones tomen oxígeno de manera acelerada.
• Ayudará, respirar con los labios fruncidos como se estuviera apagando una vela.
• Adicionalmente, se puede probar otra estrategia para respirar más despacio como es taparse una fosa nasal y respirar con la otra.

Por último, siempre se puede recurrir a la clásica bolsa, la cual, consiste en taparse la boca y la nariz en su interior para lograr una respiración más moderada y con ella, equilibrando los niveles de CO2. En cualquier caso, lo más relevante es conocer siempre por qué se produce esa ansiedad para tratarla.