Nomofobia: miedo a estar sin móvil

Las nuevas tecnologías traen al mundo una infinidad de beneficios y facilitan muchas cosas en la vida, como es el caso de la comunicación con otras personas, pero, también es una realidad que están ocasionando una gran adicción en las personas hacia los teléfonos celulares, la interacción humana cada día es más escasa, en la actualidad es muy raro observar un cruce de miradas, ni siquiera el contacto humano cercano de tiempos atrás.  

No es una sorpresa observar a las personas estar en cualquier situación con la mirada perdida en la pantalla del celular, con la cabeza inclinada, en silencio y ausente con las personas presentes físicamente en su entorno pero activas en las redes sociales con el teléfono celular. 

Este tipo de adicción a los teléfonos celulares se conoce como nomofobia, es un término nuevo, que se refiere al miedo irracional de una persona a no poder utilizar su teléfono móvil, bien sea porque no lo lleva consigo, porque no tiene cobertura o no tiene batería. 

Este tipo de fobia afecta en gran medida a adolescentes y pre adolescentes en edades comprendidas entre 12 y 23 años, son los nacidos en esta época digital descontrolada de hiperconexión. Este rango de edad es considerada una fase de riesgo, ya que durante este periodo las personas suelen enfocarse en buscar la aceptación de amigos y con ello poder establecerse como miembro o parte de un grupo. 

Mediante ciertos estudios se ha podido determinar que las mujeres son más propensas a sufrir nomofobia, esto se debe a que los lazos emocionales que las mujeres forman por teléfono son mucho más sólidos y fuertes que la de los hombres.  En algunos casos, algunos especialistas llaman a este tipo de vínculos telefónicos relaciones líquidas, debido a que los adolescentes en lugar de expresar sus emociones y sus sentimientos verbalmente y de cara a la persona, lo llevan a cabo mediante emoticones en la pantalla de un teléfono móvil. 

  
El número de adolescentes con ansiedad y temor de quedarse sin batería, o sin móvil cada día es mayor, lo que pone en evidencia la dependencia muy preocupante al teléfono móvil. Por otra parte, esta adicción afecta de manera directa las relaciones personales, a veces de manera inconsciente se ignora a las personas que están a su alrededor, cuando quizá lo correcto es conversar y compartir con ellos y no con el teléfono móvil.  

Una persona con nomofobia actúa de la misma manera que un drogadicto o alcohólico, activa los mismos circuitos cerebrales y libera el mismo tipo de sustancias que son las encargadas de generar la necesidad de volver a consumir. 

Entre los síntomas más relevantes de la nomofobia se puede mencionar: 

• Revisar el teléfono móvil de forma apremiante y compulsiva para confirmar la presencia de notificaciones.
• Enojarse de manera excesiva al quedarse sin señal o por no poder usarlo en vacaciones, mientras estudia, etc.
• Acostarse a dormir con el teléfono móvil muy cercano a la cama.
• Rabia o malestar en situaciones donde no puede revisar el teléfono móvil constantemente.
• Presentar nerviosismo cuando alguien no contesta de manera inmediata un mensaje.
• Tener siempre consigo cargadores portátiles por miedo a quedarse sin batería.
• Tener insomnio y ansiedad constante por estar revisando el teléfono celular.
• No poder descansar y sacrificar horas de sueño, debido a estar pendiente de las notificaciones del teléfono móvil.
• Rendimiento escolar bajo.
• No disfrutar de paseos, tiempo de ocio, vacaciones, viajes, fiestas, familia sin tener el teléfono móvil en la mano, para muchas personas las cosas o situaciones que no estén relacionadas al teléfono móvil no tienen diversión.
• Problemas para socializar.

En general, todos corremos el riesgo de padecer nomofobia, algún con más riesgo, otros con menos riesgo, para ello podemos aplicar las siguientes estrategias para evitar caer en este tipo de situaciones: 

Ser un modelo, como padres, lo que nuestros hijos ven que hacemos, lo van aprendiendo. Por ello, si los niños o adolescentes ven a los padres utilizando excesivamente el teléfono móvil es lo que van a aprender y hacer pues comprenden que es algo normal. Es por eso que los padres deben intentar no usarlo de manera exagerada en presencia de los niños. 

Limitar el tiempo de conexión y fijar una dieta tecnológica que se adapte a la edad. Es importante aclarar que la tecnología no es para utilizarse a cualquier edad, mucho menos sin establecer límites. Los horarios son de gran ayuda y deben contemplar el respeto de las horas de comida, sueño, reuniones familiares, estudios y trabajo. 

Intentar controlar la voz interna acerca de la tenencia o no de teléfono móvil, no es un mal de morir, no es algo de vida o muerte. 

Hacerles saber y conocer la importancia de un buen uso de la tecnología, resaltando los aspectos positivos y las desventajas o consecuencias de su uso indebido. 

Dejar de lado el teléfono móvil cuando esté en casa con sus familiares. 

Dejar el teléfono móvil fuera de la habitación en las noches y apagarlo. 

Borrar del teléfono móvil información innecesaria que le mantenga al pendiente del teléfono móvil como redes sociales y juegos.