Los límites de las parejas jóvenes hacia su entorno

La familia se desarrolla a través de etapas en las cuales se pueden presentar riesgos o crisis que exigen una adaptación o reestructuración de tal modo que se mantenga la continuidad y armonía fomentando el crecimiento psicosocial de cada miembro.

El inicio de la convivencia en pareja es una etapa importante porque su consolidación sienta las bases para la transformación que va a tener la familia a lo largo de su historia. Entre los conflictos que se presentan en esta fase algunas personas señalan dificultades propias o de su compañero o compañera para tomar decisiones sin consultar con sus progenitores o para establecer límites en la intervención no solicitada de familiares. Estas situaciones si no se resuelven tienden a agravarse en el tiempo.

Una de las principales tareas que tienen que establecer los miembros de la pareja es la fijación de límites que los protejan en la satisfacción de sus necesidades psicológicas sin la intervención de otros, sean parientes o amigos. Esto exige de los miembros de la pareja madurez e independencia y una comunicación clara en la relación. Ello no impide dar y recibir apoyo y colaboración con los progenitores y otros allegados. 

Lo importante es asimilar la experiencia previa de cada miembro de la pareja, aprender a establecer límites hacia el entorno y ser capaces de construir un proyecto familiar armónico con límites y comunicación clara en lo interno y externo de la pareja. De esta manera, se fortalecen como pareja y logran establecer y mantener una relación más saludable con los progenitores y familiares y con más posibilidades de armonía a futuro.