Desmitificando la meditación: la verdad sobre el mindfulness

Desde hace algunos años, en Europa se ha estado adoptando gradualmente el concepto de meditación. En la cultura occidental, este tipo de prácticas solían ser vistas como algo esotérico y exclusivo para personas con una profunda búsqueda espiritual. Sin embargo, esa percepción es errónea y queda muy lejos de lo que es la realidad de la meditación. Un claro ejemplo de ellos es el Mindfulness, que en los últimos tiempos ha ido ganando gradualmente popularidad en Occidente.

El mindfulness, en su esencia, implica una atención plena sobre el momento presente, sin emitir juicios sobre los pensamientos o las sensaciones que puedan surgir. Es una práctica accesible para cualquier individuo y no está asociada con ninguna creencia religiosa, espiritual o ideológica. Cuando se practica, se fomenta una conexión profunda con uno mismo promoviendo el bienestar mental y emocional.

El origen oriental del mindfulness y su adaptación por Kabat- Zinn

Aunque este tipo de meditación tiene sus orígenes en las tradiciones orientales, específicamente en el budismo, fue Jon Kabat-Zinn quien lo introdujo y lo adaptó al mundo occidental. Este profesor de medicina, creo la Clínica de Reducción del Estrés en la Universidad de Massachusetts en la década los 70. Inspirado en prácticas de meditación budista, desarrolló el programa MBSR (Mindfulnes-Based Stress Reduction), ofreciendo una innovadora intervención para ayudar a las personas a gestionar el estrés y el dolor crónico.

Dada la evidencia empírica de esta práctica, empezó a captar la atención del personal médico y del público en general, y comenzó entonces su introducción en el mundo occidental. Desde entonces, se han incrementado el número de investigaciones sobre los beneficios de su aplicación en distintos ámbitos, desde la psicología clínica, hasta el entorno laboral, con resultados significativos.

Mindfulness: técnica y filosofía

Se trata de cultivar la “atención plena” y la conciencia al momento presente, sin entrar en juicios. La técnica básica consiste en dirigir intencionadamente nuestra atención a la experiencia presente, a través de la respiración, las sensaciones corporales, los pensamientos o emociones impidiendo que la mente divague hacia el pasado o el futuro.

Una de las técnicas más común es la meditación sentada, donde uno en dicha postura y en silencio, enfoca su atención en la respiración o en sus sensaciones físicas y observa sus pensamientos sin apegarse a ellos. Es a través de esta observación consciente como se consigue obtener una mayor claridad mental y una capacidad para responder al entorno de forma más funcional.

Además de este tipo de meditación, popularmente conocida como “formal”, se puede practicar una meditación más informal que consiste en enfocar la atención en nuestra vida cotidiana. Se trata de enfocarnos en actividades de la vida diaria, como comer, caminar, lavarse los dientes e incluso actividades laborales, observando los detalles y las sensaciones que nos producen sin emitir ningún tipo de juicio.

Beneficios del mindfulness en tres niveles: biológico, psicológico y social

El mindfulness, más que una simple práctica de meditación es una filosofía de vida que abarca múltiples aspectos del ser humano. Sus beneficios se manifiestan a nivel biopsicosocial, promoviendo un estado de bienestar integral.

Biológico

El mindfulness tiene efectos profundos a nivel físico. Al practicarlo, se desencadenan una serie de cambios fisiológicos que contribuye a la mejora del bienestar general.

A través de numerosas investigaciones se ha evidenciado que una práctica regular produce efectos significativos como son, entre otros: 

• Reducción del Cortisol: la “hormona del estrés” y como consecuencia una disminución de la presión arterial y del ritmo cardíaco.
• Mejora en la Función Inmunológica: produciendo un aumento de las células para combatir las enfermedades crónicas e infecciones.
• Mejora del Sueño: al reducir el estrés y la ansiedad, se promueve una mayor relajación lo que ayuda en la conciliación del sueño.
• Regulación del Apetito: al aumentar la conciencia en las sensaciones físicas y emocionales, se ayuda a evitar la alimentación emocional y con ello una mejora en la gestión del apetito, además de promover hábitos alimenticios más saludables.

Psicológico

El mindfulness ofrece una serie de beneficios psicológicos que contribuyen al bienestar mental y emocional.

• Reducción del Estrés y la Ansiedad: ayuda a calmar la mente lo que permite comportamientos más tranquilos y equilibrados.
• Mejora del Estado de Ánimo: se reducen los síntomas depresivos y se promueven estados de ánimo más positivos y estables.
• Mayor Autoconciencia: permite a las personas reconocer y ACEPTAR sus pensamientos y emociones sin identificarse con ellos, y con ello fomenta la autocompasión, reduciendo el auto juicio y la autocrítica.
• Mejora de la Concentración y la Atención: al llevar a cabo una práctica regular, estas se fortalecen consiguiendo una mayor eficacia en las tareas cotidianas y una mayor capacidad de enfoque en el momento presente.

Social

El mindfulness no solo beneficio al individuo a nivel personal, sino que tiene un impacto profundo y positivo en las relaciones interpersonales.

• Mejora en las Habilidades de Comunicación: como son la escucha activa y una comunicación más consciente.
• Fomento de la Empatía y la Compasión: facilita la comprensión y la conexión con los demás, ayudándonos a ponernos en el lugar del otro.
• Reducción de Conflictos: se mejora la gestión de las negociaciones y fomenta entornos más armoniosos y colaborativos.
• Promoción de un Entorno Social más Saludable: al aumentar la empatía, la compasión y la colaboración se produce una mayor satisfacción en las relaciones personales y profesionales.

En conclusión, el mindfulness es una práctica muy poderosa que está accesible para cualquier individuo y que nos ofrece una amplia gama de beneficios a nivel global. Comprendiendo su origen, técnica y beneficios, podemos integrarlo en nuestra vida diaria y aprovechar con ello su POTENCIAL TRANSFORMADOR.