La pandemia ha generado muchas consecuencias en la población a nivel mundial. Un caso particular, los jóvenes han experimentado situaciones muy concretas a nivel psicológico y emocional.
La pandemia ha generado muchas consecuencias en la población a nivel mundial. Un caso particular ha sido el de los jóvenes que han experimentado situaciones muy concretas a nivel psicológico y emocional.
Uno de estos problemas es la fatiga pandémica que afecta a todas las personas a diferentes escalas; sin embargo, para los adolescentes esto ha tenido un gran impacto y ha generado hasta el diagnóstico de casos de depresión. En situaciones más simples los adolescentes pueden llegar a manifestar apatía, sentimientos de culpa, aislamiento, disminución de la motivación y preocupaciones. Pero, por otra parte, se han presentado jóvenes que experimentan dolores de cabeza, mareos, migrañas, cefaleas, todo esto como una reacción a la situación, lo importantes es poner mucha atención en el caso de que los adolescentes presenten mal humor, ansiedad, tristeza, irritabilidad, pensamientos de tipo negativo y preocupaciones relacionadas con la enfermedad incluso con la muerte.
El cambio en el estilo de vida debido a la pandemia, la cuarentena y el confinamiento, han ocasionado un gran número de trastornos en la salud mental de los jóvenes aumentando de manera significativa su ansiedad y depresión.
Los cambios en los horarios y la falta de socialización (punto importante para los adolescentes pues está relacionado con el desarrollo de su personalidad), la ausencia de una vida o interacción social trae inconvenientes con el estado de ánimo. No pueden comenzar relaciones de amistad con sus similares, ni tener acceso a nuevas dimensiones académicas, su interacción con los demás se ve afectada, así como su desarrollo y capacidad de resolución de conflictos.
Esta permanencia y convivencia en casa más ajustada con sus familiares, los expone a más control y supervisión, lo que les genera problemas. Cuando una persona es adolescente va demandando más libertad y por otra parte, al no poder tener una vida social activa, entonces comienzan a excederse en el uso de la tecnología, uso de teléfono móvil, tabletas, computadoras para poder comunicarse y también para llenar esos largos periodos de tiempo de ocio.
Esto trae varias consecuencias, un ejemplo es la alteración de los ciclos de sueño, adicción a la tecnología, un incremento de la pasividad de los adolescentes y la falta de interés en actividades que antes de esta situación le eran gratas y productivas.
El aumento considerable de síntomas como mareos, cefaleas, dolores de cabeza, e insomnio es solo una forma de los jóvenes somatizar esta situación de encierro. Si estos síntomas se prolongan en el tiempo lo primero que se debe hacer es buscar ayuda especializada en profesionales de la salud mental. Si además de estos signos el adolescente presenta falta de interés o un gran desánimo puede ser el inicio de un estado de depresión.
En casos donde estos síntomas o conductas se hacen crónicos pueden ocasionar que los adolescentes tengan una mala adaptación y aparezca el sentimiento de desánimo que se puede empeorar con preocupaciones económicas y problemas en el núcleo familiar.
Los adolescentes tienden a pensar que esta situación no va a pasar ni terminar; por su edad sienten que hay muchas cosas que no están viviendo, que se están perdiendo, experiencias, vivencias y esto desemboca en un gran sentimiento de pesimismo y desánimo.
Los medios de comunicación también tienen un efecto negativo acerca de este tema, pues se han hecho eco de noticias en las que responsabilizan a los adolescentes por el aumentos en los caso de contagio de covid-19 lo que genera incomprensión por parte de la sociedad en ellos.
Finalmente, son los adolescentes los que más sufrirán las consecuencias económicas de la pandemia debido al aumento significativo del desempleo en jóvenes que ha sido muy persistente desde el principio de este problema mundial y esto afecta considerablemente la situación emocional de los adolescentes.
Para evitar o reducir la afectación emocional en los adolescentes, es importante reducir o limitar toda la información que se recibe en el seno familiar referente a la pandemia. Incluir en sus hábitos y rutinas ejercicios o entrenamiento físico. Los padres deben establecer una buena relación y comunicación con los adolescentes para que ellos puedan manifestar sus inquietudes y desahogarse.
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