Adolescencia y salud mental

De acuerdo al trabajo Publicado por la Fundación Mutua Madrileña, “Barómetro juventud, salud y bienestar 2023”, el porcentaje de jóvenes que declaran tener un estado de salud mental deficiente, ha alcanzado en el 2023 sus porcentajes máximo-históricos. 6 de cada 10 jóvenes afirma haber tenido problemas de salud mental en el último año, y de los cuales un 37,5% no buscó ayuda profesional y un 10% no compartió con su entorno sus problemas. Esto es un dato preocupante, ya que el suicidio es la primera causa de muerte en jóvenes y adolescentes entre 12 y 29 años en España.

En ello radica la importancia de una intervención a tiempo en esta turbulenta etapa de la vida llena de cambios, con lo cual desarrollar estrategias que fomenten la comunicación con los adolescentes es fundamental.

¿Cuáles son las señales a tener en cuenta, para saber si un adolescente se encuentra atravesando un problema de salud mental o se encuentra en riesgo?

• Irritabilidad excesiva y ataques de ira.
• Cambios en sus patrones de sueño 
• Indicios de autolesiones (golpes, cortes, quemaduras, que generalmente intentan ocultar)
• Indicios de consumo de sustancias (alcohol, drogas)
• Aislamiento de amigos y familiares.
• Cambios en sus patrones de alimentación.
• Nuevas dificultades en la escuela o intensificación de ellas.
• Pérdida de interés por actividades que solía desarrollar con placer y entusiasmo.

¿Cómo intervenir para favorecer la comunicación con los adolescentes, para poder interiorizarnos de la situación que está atravesando?. 

• Generar un clima de confianza para habilitar el diálogo, evitando prejuzgar o dar lecciones de cómo son o deberían ser las cosas, validando sus emociones y no juzgando.
• Ser pacientes y darles tiempo para que se abran al diálogo y tolerar el silencio que pueda venir de ellos sin reaccionar.
• Fomentar una escucha activa y hablando lo necesario, permitiendo que sean ellos quienes se expresen. 
• Moderar las propias expectativas sobre cómo es la comunicación con un adolescente, ya que en este período ellos no serán grandes oradores con sus padres o adultos.
• No minimizar sus emociones o situaciones que son vividas por ellos como problemáticas o conflictivas.

Es preciso considerar que un adolescente se encuentra en una etapa repleta de cambios en su personalidad, biológicos y la actividad hormonal característica de esta etapa puede afectar los estados de ánimo. No obstante, si se identifican más de uno de los síntomas mencionados recurrentemente, sería conveniente consultar a un profesional de salud mental, a fin de poder orientarse y evaluar de manera conjunto los pasos a seguir.