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La sociedad actual en la que vivimos nos impone, cada vez con mayor frecuencia, un ritmo de vida excesivamente acelerado. Todo ello se traduce en alteraciones del ánimo, del sueño y aumentos generalizados en nuestro nivel de estrés. En este tipo de situaciones, la conocida como “hormona de la felicidad”, la serotonina, juega un papel fundamental.
Este neurotransmisor se puede encontrar en el cerebro, en la sangre y en el tracto gastrointestinal y su función es de suma importancia en la regulación de los estados de ánimo, sueño y apetito, entre otras funciones fisiológicas.
Es sintetizada por el cuerpo mediante un aminoácido denominado triptófano que abunda en alimentos ricos en proteínas de origen animal, como huevos, carnes y pescados, así como en legumbres, productos lácteos y en algunos cereales integrales. Por tanto, es a través de la dieta cómo el organismo consigue obtener el triptófano, esencial para sintetizar la serotonina. Concluido el proceso, la serotonina es absorbida en el tracto intestinal y es transportada por la sangre hacia el cerebro.
Unos niveles adecuados de serotonina pueden ayudar a prevenir estados depresivos, así como promover una sensación general de bienestar.
Aunque es a través de la dieta cómo principalmente se puede aumentar los niveles de serotonina, existen otras vías que nos pueden ayudar a mantener adecuadamente los niveles de este neurotransmisor tan esencial.
Además de los alimentos ricos en triptófano, para mantener óptimos los niveles de serotonina se deben consumir alimentos ricos en omega-3, además tiene un efecto antiinflamatorio y participa en la formación de células nerviosas. Principalmente se encuentra en pescados como la sardina, el salmón, anchoa, atún, entre otros, así como en el marisco.
La luz solar estimula la producción de serotonina y regula los ritmos circadianos fundamentales para mantener el equilibrio del organismo, así como de producir vitamina C, esencial para la absorción de calcio.
Por tanto, dedica algo de tu día a pasar un tiempo al aire libre.
Otra forma de producir la serotonina y mejorar nuestro estado de ánimo es realizando actividades físicas, preferentemente de forma regular. Simplemente el dar un paseo de entre 10 y 20 minutos al día resulta de lo más beneficioso.
Mantener relaciones sociales saludables y llevar a cabo actividades placenteras ayudan a la liberación de la serotonina en nuestro cerebro.
El estrés, consecuencia de ciertos estilos de vidas, disminuye los niveles de serotonina, por tanto, es importante gestionarlo a través del aprendizaje de técnicas de relajación, como puede ser el Mindfulness o el yoga.
Alteraciones constantes en el sueño conllevan un aumento crónico del estrés, y en consecuencia, del cortisol. Como así lo evidencian numerosos estudios científicos, existe una relación negativa entre estrés y serotonina, de tal manera, que, a mayores niveles de estrés, menores son los niveles de serotonina.
Por tanto, mantener una dieta saludable de sueño es básico para conservar los niveles óptimos de serotonina. Dormir entre 7-8 horas diarias, reducir el tiempo frente a dispositivos móviles o de televisión antes de acostarse, pues resultan estimulantes o evitar el consumo de café, son algunas de las acciones que se pueden llevar a cabo para mantener en equilibrio los estados de sueño.
Es evidente, por consiguiente, que implementando pequeñas acciones en nuestro día a día, podemos promover efectos muy beneficiosos en nuestro organismo.
Por otro lado, es importante recalcar, que, si se están experimentando síntomas de malestar significativos, como estados de ánimo muy alterados, ocasionados posiblemente por esa falta de serotonina, lo más conveniente sería acudir a un profesional de la salud para recibir un tratamiento adecuado.
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