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Creer fielmente en nuestros sentidos es un arma de doble filo. A veces, creemos que somos conscientes de todo de lo que está a nuestro alrededor, pero realmente no es así. Cuando percibimos un estímulo podemos ser conscientes de este o no, si dicho estímulo supera cierto umbral, solo cuando ocurre ese parámetro nuestro cuerpo registra el estímulo y somos conscientes de lo que ocurre a nuestro alrededor. Pero ¿Qué pasa si te dijera que esto también puede estar sesgado por una orden? En este artículo te invito a descubrir este misterio.
En 1999, los investigadores Chritopher Chabris y Danel Simons llevaron a cabo un experimento que revolucionó la psicología. Este experimento consistía en mostrar un video, dos equipos de básquet (uno con camisa negros y otros con camisa blanca) a un grupo de personas y los sujetos solamente debían contar cuántos pases había hecho el equipo de camisa blanca. La maravilla de este experimento es que los sujetos lograron contar los pases, pero nunca pudieron observar que en el video aparecía un gorila bailando frente a ellos, ¿Qué ocurrió aquí?
La verdad es que nuestro cerebro fija la atención en aquellos estímulos que son relevantes y que nos ayudan a conseguir un resultado que nos interesa. A pesar de que algunas personas puedan tener un patrón amplio y flexible de atención, la realidad es que solamente podemos atender a un solo estímulo a la vez y dicho estímulo es el que sea más relevante para nosotros.
Este fenómeno se puede observar, por ejemplo, en la depresión en donde las personas solamente atienden a los aspectos negativos de su vida y dejan de un lado los aspectos positivos que le ocurren. Esto no sucede por mera voluntad, realmente lo que ocurre es que nuestro cerebro focaliza la atención en los aspectos negativos para comprobar las distorsiones cognitivas que podamos tener en ese momento y desatiende todos aquellos elementos distractores, como por ejemplo eventos que generen algún tipo de felicidad. Este fenómeno se conoce como sesgo atencional negativo y es muy común encontrarlo en los pacientes con depresión.
Nuestro cerebro no nos muestra toda la realidad, realmente nos muestra lo que es realmente necesario y útil para poder responder a las demandas que nos exige nuestro entorno externo e interno. Por eso, a veces es mejor observar con más detenimiento porque ¿realmente lo que viste es cierto?
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