En Burtscher, Burtscher, Millet (2020) nos hablan de dos círculos viciosos relacionados con el aislamiento vivido durante la pandemia y el estrés.
En Burtscher, Burtscher, Millet (2020) nos hablan de dos círculos viciosos relacionados con el aislamiento vivido durante la pandemia y el estrés.
En el primero, círculo vicioso estrés-sistema inmune, el aislamiento, el miedo al contagio, el estigma y la sobreinformación nos llevan a un estrés crónico. Este estrés mantenido en el tiempo, genera una inflamación de bajo grado por el torrente de hormonas segregadas, como el cortisol, dando lugar a una peor respuesta del sistema inmune, tanto por exceso de “ruido” como por agotamiento. Si nuestro sistema inmune no es tan eficiente respondiendo y protegiéndonos ante posibles agentes externos, se aumenta el riesgo de infección de cualquier patógeno. Por otro lado, y cerrando el círculo, entre las consecuencias de estar en una situación de estrés crónico, están los cambios estructurales y funcionales que sufre nuestro cerebro, produciendo alteraciones en nuestro comportamiento (irritabilidad, tristeza, fatiga, etc.) y más dificultad de afrontamiento ante situaciones estresantes.
La actividad física presenta efectos beneficiosos sobre la ansiedad y el estrés, y este efecto se
potencia si se realiza al aire libre y en grupo. También sabemos que es un factor protector
frente a diversas causas de mortalidad y refuerza el sistema inmune. Pero ¿qué pasa debido a
las estrategias de confinamiento? El confinamiento limita la actividad física, a menos actividad, mayor ansiedad y estrés, y finalmente, más estrés se traduce en menor predisposición a la actividad, promoviendo un más aislamiento. Aquí estamos ante el segundo Círculo vicioso aislamiento-actividad física.
Para las personas deportistas, el aislamiento, así como la incertidumbre y la pérdida de objetivos deportivos se traducen en una desorganización queabar ca, desde la reducción de actividad al sobreentrenamiento, modificación de horarios, pautas alimentarias y del sueño. Este desorden alimenta este estrés crónico. Y que, por lo tanto, unificamos en un tercer círculo vicioso: Aislamiento-actividad física-estrés-inmunoregulación.
Debemos plantearnos el coste de un confinamiento total para reducir el riesgo a infección, o uno parcial, teniendo en cuenta el mayor riesgo de contagio pero que reduce, a la vez, los efectos asociados al confinamiento en la salud mental/física.
¿Qué deudas se generan a nivel físico, social y emocional a raíz de las medidas drásticas de seguridad?, ¿qué estrategias son necesarias para interrumpir estos círculos viciosos? Actividad física, interacción social, aire libre y luz solar. Posiblemente puntos clave muy potentes para reducir estrés, problemas físicos, emocionales y vulnerabilidad al contagio.
Queremos ayudarte a superar los problemas generados por el coronavirus. Si nos aportas más información sobre tu
situación podremos entender mejor qué la provoca: