Autoimagen: qué es y cómo mejorarla

La representación mental que visualizamos de nosotros mismo es lo que se define como autoimagen. Esta representación suele ser algo estable, sin embargo, puede variar levemente con las experiencias y con el pasar del tiempo.

La autoimagen se puede visualizar a nivel social, personal, intelectual y  físico (color de cabello, altura, peso, etc.). Esta visualización mental de nosotros mismos toma parte en nuestra autoestima, nuestro autoconcepto y en cómo nos tratamos.
 

Autoestima y autoimagen

La autoestima es la ponderación o valoración, negativa o positiva, que cada quien hace de sí mismo.  Es sentirse capaz y competente para afrontar los problemas y desafíos que nos topamos a lo largo de nuestra vida para lograr la felicidad. Cada persona se puede autodefinir por lo que le desagrada, por sus destrezas, sus gustos, conductas, habilidades y hasta de las limitantes. 

La autoestima se puede formar de uno mismo, no únicamente por nuestra personalidad, sino también por la apariencia física. La visión de las habilidades que se desarrollan, ya sean intelectuales, sociales y físicas. Nos vamos formando como seres humanos por los valores que nos transmiten en nuestro núcleo familiar y entorno social.

De esta autoimagen se presentan pensamientos y sentimientos que ayudan en la formación de nuestra identidad y la manera en que se le valora se le llama autoestima. La autoestima es una característica importante de nuestra personalidad, se logra ser responsable, lograr buenas relaciones con los demás, tener confianza en uno mismo.

¿Cómo mejorar la autoimagen?

La autoimagen se puede mejorar, incluso cuando es estable, algunas claves para lograrla son: 

1.- Mejora el diálogo interno: este diálogo hace referencia a cómo nos expresamos o hablamos con nosotros mismos. Podemos hablarnos en positivo, cuidar nuestro lenguaje interno, darnos ánimo y esperanza. Debemos tener en cuenta, que a través de este diálogo interno, se puede construir una buena autoimagen, es por ello, la importancia de que sea coherente, realista y saludable.

No intentemos ser muy severos en las críticas hacia nosotros mismos, reforcemos todas las cosas dándonos mensajes positivos, y desde ese punto, podemos desarrollar nuestra autoimagen.

2.- No compararse: es una cosa muy normal compararnos, es algo muchas veces inevitable. Cuando realizamos comparación a nivel social, analizamos nuestras propias habilidades, capacidades y opiniones y realizamos una comparación con las de otras personas, se puede presentar esta comparación, sobre todo, en momentos de incertidumbre.

Lo beneficioso de esta comparación, es hacerlo con personas mejores que nosotros, con el fin de mejorar. Es común, en situaciones de estrés y ansiedad, compararnos con personas que viven situaciones similares a las de nosotros, en busca de comprensión.

3.- Conócete: a través de nuestras vivencias, se logra desarrollar una buena autoimagen. Nuestra visión de nosotros mismos será más realista, si aprendemos a conocernos mejor. Es importante invertir tiempo en conocernos, nos permite reaccionar ante situaciones inesperadas de la vida, construir una buena autoimagen que sea saludable.

4.- Encuentra tu mejor versión: compararse con otros no sirve de mucho, al menos que sea por aprender y por mejorar. De no ser para algo positivo, no es buena la comparación, frecuentemente sólo ocasiona celos, ansiedad y malestar, construye tu autoimagen sin comparaciones con terceros.

La comparación con nuestra mejor versión es más productivo y beneficioso, valora lo que eres, establece tus valores y criterios.

5.- Saca tus fortalezas: estas fortalezas que logras ver en ti mismo, ayudan a formar nuestra autoimagen. Detecta tus fortalezas, puedes hacer una lista de ellas, anota tus habilidades y capacidades, y lo más importante tomar consciencia de estas fortalezas. Se logrará construir una autoimagen realista, con esto no se quiere obviar nuestros propios defectos, lo que se debe lograr es restarle importancia en nuestras vidas.

6.- No permitir que nos defina la sociedad: una persona pasiva vive su vida como un espectador. Permite que la sociedad lo defina aceptando las cosas como son, siendo manipulado para que hagan y piensen las cosas de una forma específica, dejando a un lado su propia opinión en lo que y sin defender en lo que realmente son creyentes.

7.- No esperar a que otros nos completen: Si esperamos que otros nos completen, estaremos regalando nuestro potencial y poder personal. En este caso, estaremos formando nuestra autoimagen con factores de personas externas. Al comienzo esto podría hacernos sentir con confianza, sin embargo, la dificultad con esto es que la autoestima está a disposición de terceros.