Apego: ¿qué es y cuáles son los estilos?

El ser humano es un ser social, donde las relaciones interpersonales juegan un papel importante, a veces, podemos cuestionarnos el por qué actuamos de cierta manera cuando nos relacionamos con los demás, ya sean familiares, amigos y/o pareja. Podemos pensar que el tipo de personalidad influye en esta interacción, sin embargo, otro concepto que puede darnos la respuesta es, el estilo de apego. 

Bowlby (1969) propone que en los primeros años de vida los individuos necesitan la presencia de figuras protectoras para facilitar la adaptación al medio, así mismo, son figuras que brindan protección y atienden las diferentes necesidades, por lo que el individuo siente seguridad al estar con ellas. 

De este modo, el apego es una conducta instintiva, donde se busca seguridad y pertenencia a través de la relación con una figura considerada significativa, además, dicha interacción influye en el desarrollo del niño y es la base de cómo se relacionará con los demás. Ortiz-Granja, et al. (2019) exponen que el tipo de apego es una base para comprender las relaciones humanas presentes y futuras, así como, el desarrollo de la personalidad en los individuos, a lo largo de la vida.

Siguiendo esta línea, existen cuatro estilos de apego, que determinan el vínculo emocional del individuo. Estos son, el apego seguro, evitativo, ansioso- ambivalente y desorganizado. 

Apego seguro: 

Los niños consideran a la figura materna o paterna como una base segura, se sienten cómodos en situaciones mientras esta esté presente, pero también, pueden interactuar con lo que les rodea cuando no está. De igual forma, buscan el contacto o consuelo cuando lo necesitan. 

Las personas con este tipo de apego, tienen menos dificultades en la interacción social, ya que, son capaces de expresar sus emociones, de buscar apoyo cuando lo necesitan y pueden establecer relaciones de confianza cómodamente.

Apego evitativo: 

Los niños no consideran a la figura materna o paterna como una base segura. En este caso, no buscan la cercanía o el consuelo y evaden el contacto.

Las personas con este tipo de apego, pueden experimentar mayor dificultad en las relaciones interpersonales, puesto que, pueden llegar a sentir incomodidad o poco interés en querer formar un vínculo afectivo o compartir sus emociones o necesidades con otros. 

Apego ansioso – ambivalente: 

Los niños expresan cercanía hacia la figura materna o paterna, no obstante, cuando se separan pueden experimentar angustia. Adicional a esto, cuando regresa la figura, el niño puede manifestar emociones negativas y no sentirse consolado. 

Las personas con este tipo de apego, pueden experimentar niveles altos de inseguridad y desconfianza, así como, presentar dificultades en las relaciones interpersonales, dado que, pueden experimentar miedo al abandono y/o crear vínculos dependientes. 

Apego desorganizado:

Los niños no tienen claridad si considerar la figura materna o paterna como una base segura, pues, las acciones por parte de estas son impredecibles y hostiles. En consecuencia, genera un conflicto en el niño.

Los individuos con este tipo de apego, pueden presentar conflictos en la expresión emocional, sentimientos de desconfianza, baja autoestima y relaciones de amor- odio.

De este modo, la teoría del apego muestra cómo se regula el afecto, cómo se busca proximidad hacia una figura de seguridad, y cómo influye en la vida de la persona la presencia de esa figura o la ausencia. Es importante reconocer que estilo de apego presentamos, ya que esto, nos puede dar indicios de necesidades o dificultades que tengamos en el momento presente o como nos relacionamos con los demás. 

Referencias 

Ortiz-Granja, D., Acosta-Rodas, P., Rubio, D., et al. (2019). Consideraciones teóricas acerca del apego en adultos. Avances en Psicología, 27(2), 135 https://doi.org/10.33539/avpsicol.2019.v27n2.1793