Son diferentes razones las que pueden ocasionar problemas en el sueño. Aún más durante esta pandemia y todo lo que hemos vivido los últimos meses.
Son diferentes razones las que pueden ocasionar problemas en el sueño. Aún más durante esta pandemia y todo lo que hemos vivido los últimos meses. Una de las causas más repetidas durante el confinamiento, ha sido el cambio de rutina u horario, el estrés, la incertidumbre y la hiper e hipoactividad diaria.
Poco a poco algunas personas se van ajustando a las reglas de flexibilización, desescalada o “nueva normalidad”, dependiendo a los parámetros establecidos por cada país. Pero aún hay personas que mantienen niveles de ansiedad muy elevados, manteniendo la nueva rutina establecida desde hace unos meses a la cual todavía no se han ajustado, el estrés o temor por la nueva realidad, algunos no han retornado a los lugares de trabajo o las empresas no han dado noticias de su realidad, la falta de actividad durante el día a permanecido, etc.
Si hablamos de alteración o problemas de sueño, existen diferentes realidades o síntomas:
- El sueño irregular: Es cuando la persona no tiene una rutina regular durante el día o la ha perdido recientemente. Afectando así la programación del cuerpo para el ciclo de sueño ajustado.
- Problema en el ciclo de vigilia: Es el proceso de inducir el sueño y reducir la actividad mental para lograr dormir y descansar. Es decir, es el tiempo en que el cuerpo se mantiene despierto hasta que inicia la fase de adormecimiento.
- Dificultad para conciliar el sueño: Lo que consideramos el inicio de la primera fase para conciliar el sueño o adormecimiento. Incluso también si la persona ha interrumpido el descanso y requiera volver a dormir.
Lo primero será identificar cual es la dificultad exacta que tiene la persona sobre su descanso y reconocer los factores que influyen en este.
Algunas recomendaciones para recuperar el sueño son:
-Establecer una rutina fija de sueño. Iniciar a re programar el cuerpo a una hora de despertar y una hora de levantarse. Sin importar si se tienen compromisos o no. Cuando se impone un horario de dormir, las probabilidades de alteraciones de sueño se reducen.
-Realizar actividades durante el día que puedan agotar el cuerpo. Ya sea físicamente o mentalmente. Evitar cansar el cuerpo en exceso, sino buscando un balance de cansancio adecuado que provoque el sueño para la hora de dormir.
-Evitar utilizar equipos electrónicos como computador, televisión o móviles al menos 2 horas antes del horario de descanso. Las luces de estos equipos envían la señal a nuestro cerebro de mantenernos alertas y secreta la hormona melatonina para mantenernos despiertos.
-Verificar que el ambiente del cuarto sea el adecuado para no interrumpir el descanso. Asegurarse de que no haya ruidos externos ni luces encendidas. Establecer un entorno acogedor en el dormitorio.
-Dormir entre 7 y 8 horas diarias. El tiempo de descanso es vital para la energía que se necesita cada día, responder adecuadamente a las exigencias mentales y emocionales diarias y reducirá la aparición de ansiedad.
-Si se trabaja desde casa, evitar utilizar el dormitorio como lugar de trabajo, ya que el cuerpo no asociará este sitio como “descanso”.
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