La producción o rendimiento de una empresa y la simplicidad en varios aspectos con la que se desempeña en las oficinas, está definida por el tipo de jefe que se encuentra y en la forma que se enlaza con los empleados.
Sin embargo, el valor de los jefes aumenta mucho más si ven que hay gran competencia, ya que debido a esto, las más pequeñas diferencias en sus personalidades, cualidades e incentivos sostiene resonancia en todas las personas que están bajo su cargo.
Entender los distintos tipos de jefes que se encuentran en una empresa es bastante interesante si solo se quiere conocer o comprender con claridad el ambiente empresarial y cómo se podría mejorar. Esto es lo que incentiva al especialista de recursos humanos a fijar una serie de diferentes categorías en cuanto a los tipos de jefes o líderes de una organización.
El modo de liderazgo de este individuo es acumular poder tras poder mientras hace alarde del mismo por voluntad propia. Es decir, se califica por incrementar y mantener poder, y no por su trabajo. En pocas palabras únicamente está sumergido en lo que respecta su posición, tener una identificación especial a simple vista de su puerta donde todos pueden ver la posición actual.
Este individuo está caracterizado por convertir su trabajo en su vida. Es un jefe totalmente sumergido en su trabajo, ya que no mide el tiempo que pasa en su oficina a pesar de que tenga horarios establecidos, e incluso es probable que siga la labor en su hogar. Siempre que tiene oportunidad de trabajar lo hace sin importar que su salud se vea afectada. Este tipo de jefe es el que mayormente tiene problemas de ansiedad, ya que obtiene mucha presión voluntaria y el esfuerzo es muy fuera de límites, ocasionando solo desgaste.
Este jefe es muy fácil de identificar, puesto que este individuo liga sus relaciones informales con el trabajo, haciendo ver así un clima de compañerismo y profesionalidad al mismo tiempo. A simple vista se ve bueno y gustoso; sin embargo, tiene sus desventajas convirtiéndose en un arma de doble filo, de forma que si la persona no hace conexión con el jefe, por mejor y excelente que sea en su labor puede mirarse desplazado.
Así como se indica en su nombre, este tipo de jefe sobresale por su falta de experiencia, dentro del horario que ocupa en ese tiempo. Este jefe necesita una supervisión, ya que puede verse afectada su comunicación con los trabajadores y que sus ideas le jueguen mal.
Estos jefes suelen estar presente en todo el desarrollo de los que son encargados para así tener el control del más pequeño detalle. Estas actitudes o acciones causan conflictos internos, por lo cual es importante e indispensable precisar dónde comienzan y terminan sus labores.
Este jefe es muy parecido al anterior nombrado, debido a que son jefes que les gusta tener el control continuamente de cada detalle de lo que se está haciendo. Pero en esta situación no existe un claro objetivo detrás de cada juicio y solicitudes de perfeccionar la tarea que se está realizando, solamente busca de excusar su posición y salario.
Este tipo de jefe abarca a todos los líderes que tienen una balanza entre conocimientos, autoridad y habilidad comunicativa referente a su empresa y el trabajo de los trabajadores.
Este Jefe tiene una forma de liderar basándose en el dejar hacer o despojarse. Normalmente, se encuentra encerrado en su oficina en reuniones o incluso laborando desde su hogar. Esto conlleva a no tener una comunicación efectiva con sus trabajadores. A pesar de esto, los empleados pueden aprender a desenvolverse por sí mismos e independizarse, por lo cual puede existir la posibilidad de agradecimiento hacia esta actitud del jefe.
Estos jefes son los que usualmente se la pasan constantemente criticando y levantando la voz a sus empleados. Esto hace ver muy irritante y de desagrado que tengan que salirse de lo que está establecido cada trabajador, a pesar de esto las molestias no son personales sino producto del estrés y de frustraciones.
Entre este jefe y el anterior nombrado existe una diferencia, la cual es que suele asustar a sus empleados y mezcla los conflictos con lo personal. Estas acciones tienen la posibilidad de ser denunciadas; sin embargo, si estas actitudes dan un giro negativo hacia la empresa, estos individuos pueden llegar a ser despedidos.
Este es un típico jefe que tiene bastante tiempo en una compañía. Son aquellos que no les gusta innovar ni hacer cambios, y viven pensando que las cosas funcionan por como ya se vienen trabajando. Esto ocasiona un subdesarrollo de la compañía.
Este tipo de jefe suele sabotear la empresa internamente. Normalmente, no toma en cuenta los objetivos ni necesidades de los demás, tomando decisiones caprichosas constantemente. Todo esto puede dar un giro positivo cuando a este individuo se le es retirado de su posición.
En este perfil están incluidos todos los jefes que toman decisiones y sus planificaciones tienden a ser muy parte de su personalidad y percepción de su realidad, mucho más que las obligaciones reales y consensuadas que establecen la agenda de la compañía. Puede que, en algunas ocasiones, aceptan opiniones de otros, pero no todo el tiempo porque su visión es otra.
Este jefe intenta no interferir en las labores de otros, evitando tener algún conflicto con alguno, debido a que les falta asertividad.
Este jefe tiene una gran fortaleza que se basa en sus conocimientos técnicos y cualidades. A pesar de ello, sus inseguridades en sí mismo y su falta de habilidad para socializar disminuye la comunicación con el resto de los trabajadores, haciendo que puedan llegar a haber bloqueos y errores.
Para dirigir una compañía se necesitan conocimientos; sin embargo, también de cualidades o competencias. Un excelente Jefe tiene que saber transmitir valores al grupo, motivar e inspirar para que de esta forma se ejecute como un reloj. Aquí veremos las seis habilidades de un excelente jefe.
Primordialmente, se debe actuar con el ejemplo y tener moral para enseñar los valores empresariales al grupo de trabajo. Debido a que nuestras responsabilidades normalmente están por encima de la de un empleado de la compañía, debemos tener alguna capacidad de organización y trabajo. Por lo tanto, el jefe debe implantar canales de comunicación e impulsar herramientas de productividad entre los trabajadores.
Un buen jefe debe tener la capacidad de hacerse entender y ser elocuente, porque una notable capacidad comunicativa desarrollará las demás cualidades. Fundamentalmente, es muy importante que sepa atender y escuchar a sus trabajadores.
Ser empático es tener la cualidad de colocarse en los zapatos de la otra personas desde una perspectiva psicológica. Si tenemos la capacidad de colocarnos en su lugar, será más fácil entender y desarrollar una mejor comunicación con todos los empleados.
Un excelente jefe debe comprometerse con su grupo de trabajo, en todo momento. Sin embargo, también debe estar comprometido con la compañía. Esta fundamental cualidad aumenta cuando el mismo grupo de trabajo también se responsabiliza y pueden obtener grandes resultados.
A pesar de que cada jefe debe tener la capacidad de sobrellevar los problemas o situaciones, todas las actividades no finalizan con un rotundo éxito. Por ejemplo, si no se logra entregar un proyecto en la fecha indicada y no se puede hacer nada al respecto, debemos ser capaces de sobrellevar la situación y consecuencia que conlleva.
Cuando el grupo de trabajo está altamente motivado, las probabilidades de tener éxito son bastante altas, debido a que la productividad va en crecimiento. Un jefe que no impulse la motivación laboral jamás será un buen jefe o líder.
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