Autor:
Sara Laso Lozano
En nuestra sociedad, el estrés laboral y el síndrome del burnout han emergido como preocupaciones significativas que afectan la salud y el bienestar de los trabajadores en diversos sectores. Ambos conceptos están intrínsecamente relacionados con la presión y la carga laboral, pero difieren en su naturaleza y manifestaciones. En este artículo, exploraremos cómo el estrés y el síndrome del burnout afectan al trabajador, así como algunos consejos desde la psicología para gestionar estas situaciones.
El estrés laboral es una respuesta fisiológica y psicológica del organismo frente a situaciones laborales percibidas como desafiantes y/o amenazantes. Puede surgir de diversas fuentes, como plazos ajustados, demandas excesivas, conflictos interpersonales o falta de control sobre el trabajo, entre otros. A corto plazo, el estrés puede aumentar la motivación y el rendimiento, pero si persiste en el tiempo, puede tener efectos adversos y perjudiciales en la salud física y mental del trabajador.
Por otro lado, el síndrome del burnout se caracteriza por el agotamiento emocional, la despersonalización y la disminución de la realización personal en el trabajo. Es una respuesta crónica al estrés laboral prolongado y no gestionado adecuadamente. Los trabajadores que experimentan burnout pueden sentirse desmotivados, cínicos respecto a su trabajo y experimentar un deterioro en su calidad de vida, afectando a cada una de las áreas (personal, familiar, social, labora y de ocio).
Tanto el estrés laboral como el síndrome del burnout pueden tener consecuencias devastadoras para la salud y el bienestar del trabajador. Desde un punto de vista físico, el estrés crónico puede contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, trastornos gastrointestinales y suprimir el sistema inmunológico. A nivel mental, puede desencadenar ansiedad, depresión y agotamiento emocional. El burnout, por su parte, puede afectar la autoestima, la satisfacción laboral y la calidad de las relaciones interpersonales, pero también puede derivar a un empeoramiento clínico en la sintomatología de ansiedad, depresión, fobia al trabajo, entre otros.
1. Autoconocimiento: Reconocer los propios límites y aprender a identificar los signos de estrés y burnout es fundamental para intervenir a tiempo. Para facilitar dicho autoconocimiento, se recomienda realizar registros diarios sobre qué emoción se siente, qué pensamiento se tiene y qué comportamiento se realiza.
2. Establecer límites: Aprender a decir "no" y establecer límites claros en cuanto a la carga de trabajo puede ayudar a prevenir la sobrecarga y el agotamiento.
3. Practicar la gestión del tiempo: Organizar eficientemente las tareas y priorizarlas según su importancia puede reducir la sensación de sobresaturación y mejorar la productividad.
4. Buscar apoyo: Compartir las preocupaciones y dificultades laborales con colegas, amigos o un profesional de la salud mental puede brindar perspectivas útiles y generar un sentido de apoyo.
5. Cuidado personal: Dedicar tiempo a actividades recreativas, ejercicio físico, descanso adecuado y alimentación saludable es esencial para mantener el equilibrio entre la vida laboral y personal.
En conclusión, el estrés laboral y el síndrome del burnout son fenómenos que pueden tener un impacto significativo en la vida de los trabajadores. Reconocer los signos tempranos, implementar estrategias de afrontamiento efectivas y buscar apoyo son pasos fundamentales para mitigar estos efectos negativos y fomentar un ambiente laboral saludable y sostenible. Desde Psonrie disponemos de profesionales especializados que pueden brindar un apoyo extra y estrategias para afrontar este fenómeno que cada vez lo padecen más trabajadores.
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