Síndrome de la vida ocupada

Las personas con el síndrome de la vida ocupada sienten la necesidad de estar constantemente realizando actividades, ser productivo y no permitirse aburrirse. Actualmente, en la sociedad, se da a entender que no es bueno tener tiempo para uno mismo o no hacer nada, no está bien visto estar aburrido y las personas huyen de esta sensación. Es por esto, que vemos personas realizando más de una actividad, intentando ocupar todo su tiempo en ser más productivos y de no hacerlo se llegan sentir mal por estar perdiendo el tiempo.

El ritmo de vida que se lleva actualmente, es algo frenético, donde nos exigen que debemos ser los mejores. Esto nos enseña a estar constantemente atareados para ser productivos y al mismo tiempo atender las responsabilidades familiares, laborales, sociales, de autocuidado, etc. El síndrome de la vida ocupada está afectando a muchas personas que sienten la necesidad continua de estar haciendo algo, no pueden descansar ni parar, deben estar constantemente en una hiperestimulación. Este síndrome no es una afectación que aparezca de una forma oficial en los manuales de diagnósticos de los psicólogos, pero sus diversos estudios han marcado la necesidad de tomarlo en cuenta y trabajar en él.

La necesidad de constante actividad la percibimos en las distintas áreas de la vida de una persona, siendo más enfocada en el área laboral. Estas personas trabajan en exceso, siempre con inclinación a realizar varias tareas a la vez, sin tomarse mucho tiempo para descansar. Estos individuos con el síndrome de la vida ocupada no descansan nunca, incluso tratan de abarcar más de una actividad a la vez, por ejemplo comer mientras trabajan.

En la sociedad actual, nos piden frecuentemente estar haciendo alguna actividad, se manifiesta que la idea de estar aburridos o sin hacer nada es un sinónimo claro de fracaso. La realidad es que llevamos una vida acelerada, queremos las cosas al instante. Darnos cuenta de que tenemos menos horas disponibles para cumplir nuestros objetivos, no nos permite dejar tiempo para respirar con tranquilidad. Por otra parte, este apuro o afán de estar constantemente en movimiento y ser productivos, se puede interpretar como una forma de sentirnos bien con nosotros mismos, de hacer cosas útiles y ser funcionales. Es una forma de sentirnos con mayor vitalidad, más activos y de proteger nuestro ego. Por este motivo, algunas personas no aguantan el aburrimiento y hacen cualquier cosa por estar continuamente eficaces y productivos.

Mantenerse siempre activos, sea físicamente o mentalmente, mantiene entretenida la mente, reduciendo la probabilidad de pensar en distintos aspectos de la vida que nos abruman. Si nos encontramos centrados y distraídos en cosas externas o en tareas nuevas, nos permite contar con tiempo para dedicar a ser conscientes o a conocernos, así poder enfrentarnos a las preocupaciones que nos afecten. Es recomendable tomar tiempo libre para distraernos y para desconectar, aun así, no se puede vivir al margen de lo que sentimos y desvinculados de nosotros mismos.
 

Efectos del síndrome de la vida ocupada

Se ha comprobado que los individuos sobreocupados o hiperestimulados suelen mostrar problemas en algunas funciones cognitivas, dañando fundamentalmente la capacidad de memoria. Suele ser normal que se observen fallas en la memoria, no contamos con un mecanismo perfecto, y, por lo tanto, puede fallar y no siempre funciona bien. También, con el paso del tiempo nuestra memoria se puede ver disminuida como consecuencia de un proceso de envejecimiento, donde se hacen presente ligeros olvidos, los cuales pueden ser normales sin gravedad. 

Es una alarma si estos problemas de falta de memoria se presentan en personas jóvenes, en estos casos, no es como consecuencia del paso del tiempo, sino más bien con la excesiva estimulación a la que están sometidos. La ejecución de distintas tareas, de concentrar la atención a diferentes focos, complica que podamos procesar, almacenar y codificar correctamente la información que recibimos, este hecho complica e imposibilita recordar las cosas adecuadamente.

Esta complejidad se ha demostrado a través de diferentes estudios, llegando a concluir que el exceso de información y el de tratar de centrar la atención en muchas tareas, nos genera olvidos, haciendo complicado recordar información básica. Esta situación de querer realizar diversas tareas a la vez, se presenta con más frecuencia en el área laboral, queriendo ser más productivos, pero muy contrariamente, este propósito se pierde, terminaremos más agotados, rindiendo al mínimo y con alguna afección como frustración, cansancio y malestar. También estará presente una sensación de descontrol, generando un estado psicológico conocido como burnout. 

Adicionalmente, al no querer reconocer o afrontar nuestras preocupaciones, sentimientos y pensamientos, nos lleva a actuar casi como robots, opacando nuestra parte más humana. No podemos vivir aislados de nosotros mismos, tarde o temprano haremos frente a la situación, causándonos más daño. Conocernos nos permite enfrentar la vida encontrando las soluciones a los problemas que nos afectan de una forma eficaz y funcional. Este estilo de vida, de estar continuamente ocupados, representa un factor de riesgo para nuestra salud mental y física. No se puede dejar atrás las necesidades básicas como comer, dormir, el ocio, etc.  Se ha establecido como conclusión a este síndrome, que las personas viven para y por trabajar, siendo muy competitivos, impacientes, ansiosos y hostiles, mostrando una inclinación, incluso, al desarrollo de enfermedades coronarias.