Señales para detectar el bullying

El bullying también conocido como acoso escolar es un proceso de violencia escolar reflejada mediante hostigamiento, asedio, amenaza, persecución, golpes, insultos y planes para hacer daño y burla a un niño, adolescente o semejante, de forma prolongada en presencia de uno o un grupo de personas o niños que sirven como espectadores pasivos tanto pública como por la vía informática u otros medios de comunicación.

La persona que actúa como intimidador puede llevar a cabo desde bromas hastala discriminación, marginación, agresiones físicas y abusos a su víctima. Esta persona ubica a su víctima y la agrede o ataca por ser diferente al que es fuerte, al obeso, al tímido, al moreno, al que tienen un nombre o apellido especifico, al que utiliza lentes, entre otros.

Generalmente, esta arremetida física o verbal, la inicia una sola persona al cual después se le puede unir un grupo. Este tipo de ataques se puede centralizar en una sola persona sin que este tenga alguien que lo ayude o apoye.

Este tipo de comportamiento del atacante está determinado por diferentes factores como el cultural,  debido al uso de agresividad para vencer a otro. El factor familiar que este aprende y desarrolla mediante la persona a su cargo, crianza y cuidado que toma como modelo a seguir. Y el factor social que se refiere a cuando un niño busca relacionarse con sus semejantes para asegurar su identidad. Si sus semejantes se burlan o aplican maltrato a otros, este tiende a repetir dicha conducta para encajar y ser aceptado  en el grupo.

Por otro lado, el niño que es víctima de acoso comienza a desarrollar muchos sentimientos como, miedo, vergüenza, culpabilidad y a veces incluso envidia hacia los que lo rodean. El acoso es vivido por la víctima como una exclusión y rechazo de los demás a su alrededor generándole conductas repetitivas de maltrato y daño incluso al punto de tomar decisiones como el suicidio. El niño o adolescente se aísla, deja de hablar y pierde la alegría.

Existen muchas señales que alertan acerca de si tu hijo está siendo víctima del bullying como se muestran a continuación:

Negarse asistir al centro de educación

En este caso el niño o adolescente se niega de manera categórica asistir a la unidad educativa, inventando pretextos de enfermedades, todo esto con la finalidad de quedarse resguardado en la seguridad de su hogar y familia. El pánico que este puede llegar a sentir es grave además de que quiere evitar a toda costa enfrentarse a su atacante.

Cambios de humor

La víctima puede experimentar cambios de humor como consecuencia del estrés y la profunda depresión que le ocasiona la constante humillación al cual es sometido. El llanto, tristeza e irritabilidad son solo algunos de los sentimientos que se hacen presentes.

Conductas extrañas

La víctima por lo general deja de hablar, pierde el apetito, se encierra en su habitación, no tiene alegría, se muestra temeroso. Con mucha ansiedad, todas estas señales es importante que sean detectadas por los padres.

Bajo nivel de rendimiento escolar

Si el niño o adolescente tiene un historial de buen rendimiento escolar y de un momento a otro baja este nivel, el tema emocional está afectando este punto producto del bullying.

Imposibilidad de expresar o denunciar su malestar

Aun cuando la víctima vive con ese malestar y sufrimiento por la humillación y burla de su maltratador que lo paraliza evitándose expresar o denunciar el acoso, ocasionándole sentimientos de impotencia y frustración.

Los niños y adolescentes víctimas de acoso son muy frágiles y tienen una baja autoestima, generalmente, consecuencia de problemas familiares, trastornos de conducta, trastornos de aprendizaje, trastornos de atención, ansiedad, discapacidad y problemas personales. Ellos no han desarrollado herramientas para enfrentar y controlar las situaciones externas que los rodean que en algunos casos son caóticas y agresivas.

Para poder enfrentar este fenómeno lo principal es detectar y determinar las herramientas adecuadas para abordarlo, enfrentarlo y prevenirlo.  Es importante, proporcionar al niño o joven un ambiente y espacio en el cual se sienta con la seguridad de expresar lo que siente, lo que padece, sus miedos y temores en su núcleo familiar, institución educativa, psicólogos, tutores, profesores.

Por otra parte, los padres son responsables de observar y estar atentos para intervenir en la situación si es necesario, tanto si su hijo es la víctima o el victimario, lo importante es establecer un espacio de diálogo.

El papel de las instituciones educativas, profesores, autoridades es de gran importancia para apoyar, orientar y dar confianza a sus alumno de manera activa, intervenida y estableciendo límites para evitar que esto ocurra.

Finalmente, los padres en el hogar deben enseñar a sus hijos la importancia de la amistad donde debe predominar el afecto, la tolerancia y sobre todo el respeto hacia el derecho de los demás.