Relaciones intermitentes

Una relación intermitente es aquella en la que, aunque teóricamente se ha dado por terminada, en la práctica sigue en curso. Este fenómeno se caracteriza por separaciones seguidas de reconciliaciones, creando un ciclo repetitivo. ¿Qué provoca que algunas relaciones caigan en esta dinámica y cuáles son las consecuencias de vivir una relación de este tipo?

Poner fin a una relación de pareja nunca es una experiencia agradable. El proceso de duelo posterior a la ruptura a menudo lleva a que las personas regresen sin haber resuelto los problemas que llevaron a la separación inicial. Cuando esta secuencia se convierte en un patrón recurrente, hablamos de relaciones intermitentes. El patrón de romper y reconciliarse de forma continua alimenta dos dinámicas poco saludables: el proceso de duelo se repite en múltiples ocasiones y se fomenta la codependencia emocional. A largo plazo, esta situación se torna insostenible tanto en términos de interacción como en lo que respecta a la salud emocional de los miembros de la pareja.

Existen pruebas que respaldan la idea de que las relaciones intermitentes contribuyen al aumento de la angustia y la depresión. Por lo tanto, es crucial comprender cómo funciona este ciclo y las implicaciones que conlleva.

Una relación intermitente puede considerarse como un recordatorio de que nada es eterno. A pesar de que las personas se unen en matrimonio y, a veces, tienen hijos juntos, en ocasiones, después de muchos años, se dan cuenta de que no están en el camino correcto y eventualmente se separan. Sin embargo, en muchas ocasiones, estas parejas no llegan a una conclusión definitiva; en su lugar, viven una separación fragmentada que involucra idas y venidas, a menudo marcadas por episodios de conflicto, lo que convierte la relación en una experiencia enfermiza.

¿Cuáles son las causas de una relación intermitente?

Este tipo de relación tiende a ser más problemático para parejas que han estado juntas durante mucho tiempo y han desarrollado una fuerte conexión emocional. En estas relaciones, a menudo se encuentra una tendencia a la dependencia emocional de uno de los miembros.

En algunos casos, estas relaciones involucran a personas con gustos y aspiraciones diferentes que ceden parte de sus preferencias y terreno para mantener una conexión emocional con su pareja. También puede darse el caso de que parejas con temperamentos y preferencias completamente opuestas se unan. Esto crea tensiones, por ejemplo, entre una persona introvertida y una extrovertida o entre alguien que disfruta de una vida activa y alguien que prefiere la tranquilidad del hogar. Estos factores son algunas de las razones por las que las personas atrapadas en sentimientos a menudo terminan en una relación intermitente.

Pareciera que cuando dos personas son completamente diferentes y su relación no funciona adecuadamente, lo más lógico sería separarse. Sin embargo, el dilema surge cuando los sentimientos están involucrados. A veces, las personas son conscientes de que su relación no les satisface, pero mantienen la esperanza de que las cosas mejorarán en algún momento debido al amor que sienten por su pareja.

¿Cuáles son las consecuencias de una relación intermitente?

En muchas ocasiones, el tan ansiado "mejorar las cosas" nunca llega. A pesar de los intentos de reconciliación, los mismos problemas persisten. Las diferencias que en teoría podrían haber servido como un puente para enriquecer la relación en realidad las alejan aún más o hacen que uno de los miembros se vuelva dependiente o sumiso ante las expectativas del otro.

Problemas en apariencia triviales pueden persistir, y las parejas a menudo intentan ajustar sus expectativas mutuas, solo para descubrir que ambos siguen pensando de la misma manera que antes de la ruptura. Esto desencadena conflictos recurrentes y, en última instancia, resulta en una nueva ruptura, perpetuando el ciclo.

Las separaciones no suelen ser momentos de paz, ya que a menudo están marcadas por discusiones, acusaciones mutuas y heridas emocionales. En lugar de traer felicidad, una relación intermitente suele traer sufrimiento a la vida de quienes la experimentan.