Niños que se portan mal: causas

Problemas de familia

Niños que se portan mal: causas

El mal comportamiento de los niños puede ocasionar mucho estrés y desesperación

Psonríe Autor: Psonríe

Una situación que se repite una y otra vez dentro de una familia es escuchar a los padres quejarse porque sus hijos tienen un mal comportamiento. Y es una realidad irrefutable que los niños se comportan peor con sus padres que con cualquier otra persona. Es de vital importancia entender porque sucede esto para poder asumir estrategias efectivas y evitar situaciones incómodas y disfrutar de un ambiente agradable en el hogar.

El mal comportamiento de los niños puede ocasionar mucho estrés y desesperación que deben corregirse de manera consciente y madura para evitar que la situacion desemboque en gritos, peleas y rabietas.

Por lo general, los niños  pequeños muestran su verdadero comportamiento con sus padres o en su hogar, debido a que en otras ambientes se sienten reprimidos para sacar a la luz su verdadera conducta, puede ser porque no haya un vínculo emocional fuerte en otro espacio o con las personas de esa casa.

Sin embargo, los niños se presentan así con sus padres porque sienten un profundo amor, respeto, conexión y admiración por sus progenitores y eso les da la confianza de mostrarse tal y como son de manera relajada, pero esta no es una razón que justifique el mal comportamiento.

Lo normal es que el niño tenga su propia conducta, rabietas y comportamientos inadecuados y generalmente se deben a que sus padres no le dan la atención que él quiere y lo exterioriza de esa manera. No  lo hacen con el propósito de dañar el entorno familiar, ni del hogar, pues los niños son los principales interesados en sentirse a gusto en su hogar.

Sin embargo, un mal comportamiento tiene una causa que es responsabilidad de los padres investigar su origen. Cuando se descubre la causa, es necesario  realizar un trabajo en equipo  para trabajar las emociones y la tranquilidad que orienten el comportamiento del niño para hacerlo ver cómo debe hacer las cosas y lo que los padres esperan de él.

Es importante aclarar que los niños ven a sus padres como protectores, cuidadores y que deben satisfacer sus necesidades, básicas, emocionales que cuando no son cubiertas aparece el mal comportamiento por parte de los niños.

Para evitar que ocurran estas situaciones, se debe trabajar en las emociones con los niños desde temprana edad, estableciendo rutinas en casa que le ayuden a entender y conocer la estructura y dinámica del día a día en el hogar y ha sentirse seguros en cada momento.

Para los niños con mal comportamiento, las rutinas le enseñan un itinerario de lo que corresponde a cada hora del día y que esperan los padres de él, creándose una estructura mental que le proporciona seguridad y mucha calma para disminuir las rabietas y el mal comportamiento.

Además, las rutinas también ayudan a los padres a controlar sus emociones y que el día sea estructurado, organizado, ordenado  y apacible, transmitiendo esa calma a los hijos y a los demás miembros de la familia. Si se controla el mal comportamientos de los niños, los padres sentirán menos frustración y más felicidad y calidad con el tiempo de familia  de convivencia, con tranquilidad y paz, además, hay una mayor conexión padre-hijo y la relación se tornará mucho más fácil.

Desde el momento de su nacimiento los niños por instinto tienen el conocimiento de que sin los adultos que los cuidan, protegen y alimentan no pueden sobrevivir en este mundo.  Es por ello que la naturaleza de un niño siempre se centrara en agradar y pertenecer  a su entorno, para desarrollar una buena relación con sus padres o cuidadores y sentirse protegidos y queridos.

Las principales causas del mal comportamiento de un niño son:

No tiene herramientas de lenguaje adulto, no sabe expresar sus sentimientos, la mayoría no saben cómo ponerle nombre a lo que sienten, su vocabulario es muy limitado y palabras como ira, decepción y frustración no existen para ellos.  No tienen conocimiento de cómo categorizar sus emociones, ni tampoco cómo comunicarlas para expresar sus sentimientos.

Los niños pequeños se comportan de una manera compulsiva y emocional debido a que su corteza cerebral no se desarrolla hasta más o menos la edad de 6 años.  Sus emociones son muy intensas y no tienen la capacidad de controlar los motivos que pueden llevarlos a episodios de rabietas o comportamientos desagradables.

Es común que los niños estén involucrados en situaciones de carácter adulto y para el cual no están preparados. También, el mal comportamiento puede originarse por que sus necesidades no están siendo satisfechas.

Las situaciones que se esconden detrás de un mal comportamiento son muchas, sin embargo debes saber identificar si en vez de una rabieta se trata de una necesidad del niño de comunicarte algo que está sintiendo y no sabe cómo hacerlo a través del lenguaje.

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