Mindfulness

Muchas veces al escuchar la palabra mindfulness, vinieron a mi mente exigencias, dudas, inseguridades, imágenes de montañas escabrosas y  difíciles de afrontar.  En el imaginario popular mindfulness es meditación, estar presente aquí y ahora,  la pregunta es ¿cómo?. Desde hace ya más de dos mil  quinientos años, miles de personas  vienen practicando diversas técnicas  meditativas, transmitidas por religiones  y tradiciones espirituales. La meditación  se define como el proceso a través del cual, la persona observa y se hace consciente de lo que está sucediendo a cada instante en su cuerpo y en su mente, aceptando las experiencias que se van presentando tal y como éstas son. Esta práctica, desarrollada desde hace miles de años, tiene como fin la eliminación del sufrimiento y demás emociones destructivas, ya que, desde el punto de vista budista, tanto la felicidad como el sufrimiento no dependen fundamentalmente de las  circunstancias externas, sino de la propia mente. 

Mindfulness es el denominador común que se encuentra en la base de diferentes corrientes de meditación derivadas de la tradición budista y que actualmente se han 
incorporado a diversos aspectos de nuestras vidas en post de mejorar desde estados de estrés, hasta conflictos ligados a emociones, conductas y pensamientos. En los tiempos que corren y donde los conflictos entre el razonamiento y la emoción se hacen cada vez más presentes, la necesidad de abordar el malestar no puede ser solamente entendido como responsabilidad externa, de otros; es por ello que invito a repensar estas palabras para animarnos a llevar adelante este ejercicio que muchas veces intentamos evitar. Les propongo que observemos por unos minutos estos pensamientos de temor, inseguridad y sobre todo de limitaciones o merecimiento.

¿Qué dirían si ante la situación de incertidumbre o en estado de estrés, puedes accionar una serie de prácticas que te conducen a tomar decisiones más consientes y ligadas a tus propias emociones y desde allí lograr mayor decisión y emprendimiento? En los tiempos que transcurren, emprender un cambio no es sencillo, sin embargo 15 minutos al día pueden brindarte calma y estabilidad y desde ese lugar volver tu mirada más compasiva y desarrollar un foco más asertivo. Te propongo tres ejercicios para que 
comiences tu búsqueda y logres una práctica segura.

1. Respirar: puede sonar muy simple, pero respirar no es sencillo. Respirar implica llevar toda tu atención hacia un punto fijo y hacia un elemento “el aire”. 
2. Observar: Date 5 minutos observando, con tus ojos abiertos la punta de tu nariz. Inhala profundo, lento y visualiza el aire ingresando por tus fosas nasales y viajando hacia tus pulmones, observa la vuelta, la exhalación y permite regístralo de manera consciente y en estado presente.
3. Describe tus sensaciones: Toma como punto de partida esta primera instancia y registra en una libreta paso a paso todo lo que fue sucediendo mientras respirabas. No importa si en un principio tu mente divaga, anota eso también. Registra tu presente, como está sucediendo en ese preciso momento.

Mindfulness es un estar presente, pero antes que todo es un cambio de ritmo; implica una decisión consciente, producto de un motivo, de una decisión, de un deseo, no caigas en el pensamiento limitante de que no es para ti, créeme las mil millas comenzaron con un primer paso.