Dificultades en las relaciones sexuales en pareja

La relación sexual es un componente fundamental en la consolidación de la pareja, pues así como la fuerza del vínculo de la pareja se nutre de una cercanía emocional caracterizada por un cariño, amistad y admiración, también es necesaria la presencia del amor apasionado que implica deseo y atracción, pues es este componente fundamental, el que diferencia el vínculo de una amistad a la formación del rol de pareja.

En algunos casos, el amor apasionado puede verse afectado, siendo, así pues, el amor de amistad el único que sostiene la nutrición emocional de la pareja, no considerándose esto algo malo, pues el percibir confianza y cariño hacia la pareja es un componente fundamental en el bienestar de los miembros, sin embargo, por lo general, cuando el amor apasionado, entiéndase la sexualidad, se ve deteriorada, la pareja comienza a experimentar sentimientos negativos, dependiendo de cuál sea el caso, puede ser frustración, inseguridad, ansiedad o simplemente una desconexión de su pareja al no comprender que ocurre para que la sexualidad no sea satisfactoria para ambos, independientemente de que la amistad sea fuerte.
 

¿Qué hacer cuando la sexualidad en pareja no está siendo satisfactoria?

El primer paso ante un caso de insatisfacción sexual es aceptarlo, pues en algunas ocasiones, la tendencia ante la presencia de dificultades sexuales suele asumir una postura de evasión o esperar a que estas mismas mejoren sin abordarlas abiertamente, lo cual desencadenará mayor frustración, pues al no existir un diálogo abierto frente a la incomodidad, puede que no se generen cambios, pues no se ha nombrado o identificado el problema específico como tal.

La comunicación abierta, sincera y transparente es fundamental para la resolución de dificultades sexuales, pues cada miembro de la pareja puede percibir el mismo problema desde una perspectiva distinta, y el dar lugar a comprender ambas perspectivas es necesario para entender que los problemas sexuales son problemas relacionales, es decir emergen en la relación entre dos miembros, por lo tanto, su solución se construirá a partir de los dos miembros.

No culpabilizar a uno de los miembros de la relación es muy importante, ya que el hacer esto hace que toda la responsabilidad del funcionamiento de la relación sexual recaiga en uno de los dos, lo cual, en vez de contribuir a la búsqueda de soluciones, podría generar sentimientos de ansiedad, siendo esta misma, un componente fundamental que permea e irrumpe en el satisfactorio desenlace de la relación sexual, pues el miembro que es culpado puede comenzar a rumiar pensamientos negativos frente a sí mismo, generando una barrera no solo física sino emocional que puede terminar desencadenando problemas de autoestima.

Si este es tu caso, te invito a que puedas acudir a un terapeuta de pareja, para que por medio de preguntas reflexivas y la comprensión contextual de tu situación actual, pueda orientarles frente al reconocimiento de lo problemático en la sexualidad, pues en la actualidad, existen distintas dificultades que tanto hombres como mujeres experimentan a la hora de tener relaciones sexuales con sus parejas, y dichas dificultades, pueden estar ancladas a marcos de referencia propios frente al amor, el concepto de la masculinidad, la feminidad, la concepción del hombre o la mujer o también la vivencia de acontecimientos traumáticos, tales y como el abuso sexual, que puede llegar a generar dificultades en el área sexual de la pareja.

En conclusión, si bien se debe abordar una perspectiva individual frente a conceptos y significados de cada miembro frente a la sexualidad, dicha reflexión debe trascender a la pareja con el fin de comprender como se pueda llegar a la coconstrucción de un espacio cálido, seguro y de bienestar para ambos.