Autor:
Ana Viladomiu Jover
¿Cuántas veces la tristeza se ha apoderado de ti? ¿Cuántas veces has sentido poca fuerza para hacer frente a una situación determinada?
A lo largo de nuestra vida, nos exponemos a diferentes situaciones y acontecimientos que provocan que sintamos altibajos en nuestro estado de ánimo. Todos, en algún momento, hemos podido sentir como la desolación nos invadía por completo. Son muchas las situaciones que pueden hacer aflorar sentimientos de tristeza. La tristeza una reacción sana y normal ante ciertas circunstancias que, por ser nuevas, diferentes, complicadas, etc. necesitan un proceso de adaptación. Sin embargo, en algunas personas los momentos en los que se sienten decaídos pueden tener una duración mayor a la que se espera.
Cuando nos sentimos tristes y deprimidos nos resulta prácticamente imposible seguir el día a día con la misma velocidad y al mismo nivel que antes. De hecho, la depresión es uno de los síntomas que nos indican que importante y necesario que paremos, que le demos al Pause y reflexionemos aparcando por un tiempo el trabajo, las responsabilidades y quehaceres. La Sociedad exige un nivel de entusiasmo constante y eso conlleva que, en ocasiones, se prefiera silenciar y minimizar ese síntoma para poder seguir con el ritmo al que estamos acostumbrados.
Cuando estamos obligados a parar, el sentimiento de frustración que genera el fracaso que sentimos al ver que no podemos cumplir con las metas y objetivos establecidos, aumenta.
Para. Mereces un descanso. Pausar tu día no implica que tu futuro no sea el que esperas. De hecho, pausar te va a permitir seguir construyendo el camino como quieres. Si te obligas a seguir caminando/corriendo evitando escuchar tu síntoma puede que no te sientas orgulloso/a de los pasos que estés dando. Vale la pena que pares, te recompongas, analices qué te ha llevado a sentirte así y cojas las fuerzas que necesitas para seguir.
Queremos ayudarte a superar tu depresión. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos entender mejor qué la provoca:
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Tomando en cuenta que el procedimiento de diagnóstico, la definición de metas y el tratamiento es igual en ambas modalidades, podemos concluir que la principal diferencia es el medio en el que se realiza.
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Si bien ahora el problema no es tan grave te recomendamos que no subestimes la situación o permitas que se agrave: una pequeña dificultad del día a día puede llegar a convertirse en un problema psicológico grave si no se trata a tiempo.
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