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La presencia de desempleo en la vida de un joven o adulto, puede crear una gran conmoción a nivel psicológico, a tal grado que hay una gran cantidad de personas que se pasean por la depresión sin saberlo.
Es más frecuente en la sociedad de hoy en día la denominada depresión por desempleo, que a pesar de su pausada, pero ascendente influencia, permanece como una realidad dictaminada y con poca importancia, sin saber el inmenso choque que puede causar a la salud física y mental. Por ejemplo la gravedad en estas circunstancias y la impresión que esto produce a cualquier nivel.
Sospechamos lo que se debe sentir despertar cada día sin tener un panorama de lo que pueda ocurrir hoy o suceder mañana si seguimos desempleados, tanto que hasta la búsqueda de empleo se torna de mucho cansancio.
Se unen la duda y la impaciencia en la obligación de conseguir por medio del ingenio, que al final salga algún resultado positivo. Aunque usualmente nos acostumbramos al pasar de los días a un silencio o ausencia de respuesta, a llamadas entrantes o correos esperados sin llegar, en donde se consiga el objetivo de un empleo.
Las actividades laborales que realizamos diariamente y por el cual somos remunerados, como es el empleo, no solamente es un sostén para cubrir las necesidades básicas de cualquier persona como: comida, vivienda y pago de facturas, sino que también se fortalece la autoestima, obteniendo una sensación de ser capaces, útiles y de tranquilidad con nosotros mismos.
Nunca se nos pasa por la mente que cuando nos preguntan de niños ¿qué queremos ser cuando seamos adultos? El ser desempleados. Esta condición es una fractura a los sueños que se vienen construyendo con el tiempo, a los sacrificios o esfuerzos que hacemos para capacitarnos u obtener conocimientos en pro de ser eficientes para los demás y sentirse complacido con la labor desempeñada.
No es raro que investigaciones de algunas universidades como la Universidad Leipzig en Alemania, nos exhortan que el desempleo juega un papel protagónico en el desgaste de la salud mental y teniendo como alto riesgo la depresión.
Especialistas en psicología indican, que el que logremos un comportamiento sano y una condición emocional estable, está estrechamente vinculado con el aspecto laboral.
Generalmente una persona que presenta los síntomas con depresión por empleo escasamente busca ayuda de un experto.
Las características más relevantes son:
1.- La frustración, el temor e inquietud son persistentes.
2.- Las rutinas cambian con respecto a la alimentación y al sueño, ya que se pierde el apetito o comen en gran cantidad, y no se logra conciliar el sueño o se duerme mucho.
3.- Se manifiestan sentimientos de ineptitud, de ser inservible para todo y se presenta esta actitud también a nivel familiar.
4.- Las conductas extremas que se expresan con este tipo de condiciones son las adicciones al alcohol y al tabaco, además del pensamiento de suicidio.
5.- La voluntad propia y sentido esperanzador son factores que distinguen a una persona con depresión por desempleo y a las que no tienen la misma.
De antemano se debe tener en cuenta el detalle de que no será fácil buscar un trabajo y tampoco adaptarse a este si traemos un desorden del estado de ánimo.
Si no tratamos la depresión a tiempo se puede agravar y llegar a un alto grado de peligro, como por ejemplo los pensamientos de suicidios. Entre las recomendaciones que pueden ayudar a este tipo de incidentes citamos:
1.- Principalmente la ayuda de un especialista y de un entorno social entre ellos familiares, amigos o alguien con quien tener una conversación constante.
2.- Tener hábitos y horarios fijos que permitan un mejor control y administración del tiempo.
3.- Es importante tener espacios de tiempo para la recreación, el deporte y el descanso.
4.- En ocasiones tener conversaciones con personas que están pasando o hayan pasado por la misma situación que la nuestra, ayuda a que podamos activar el ingenio o las ideas que a su vez supriman las emociones de sentirse inservibles o fracasados.
5.- Es indispensable poner los objetivos o metas constantemente que se tienen a futuro y así obtener la fortaleza que se necesita para levantarnos día a día.
Administrar correctamente las emociones y los pensamientos ayudarán en comunión con un buen apoyo, a navegar por dichos momentos en los que todas las personas están propensas a padecer.
Queremos ayudarte a superar tu depresión. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos entender mejor qué la provoca:
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