Aunque no a todo el mundo le gusta el término de la nueva normalidad, lo que está claro es que a partir de ahora va a haber muchas cosas que van a cambiar en nuestro día a día, al menos por un tiempo.
Aunque no a todo el mundo le gusta el término de la nueva normalidad, lo que está claro es que a partir de ahora va a haber muchas cosas que van a cambiar en nuestro día a día, al menos por un tiempo. Por lo tanto, en primer lugar, para afrontar adecuadamente esta nueva situación, debemos aceptar que estamos en otra normalidad diferente a la que conocíamos hasta ahora.
La situación provocada por el COVID-19 ha conllevado a algunas personas a tener más ansiedad, otras han tenido pérdidas (un ser querido, un trabajo, etc.) y se encuentran elaborando un duelo… Sin embargo, para algunas personas estos meses han supuesto una oportunidad estupenda para bajar el ritmo, eliminar ciertas distracciones del mundo exterior y la posibilidad de encontrar un espacio que no tenían antes para hacer introspección y observar qué aspectos de su vida están en armonía y cuáles no.
En cualquier caso, para muchos de nosotros cuando escuchamos “nueva normalidad” se remueve algo en nuestro interior. Puede ser cierta inquietud, incertidumbre o incluso miedo.
Cuando nos confinaron en casa en marzo, empezó la incertidumbre; pensábamos que íbamos a estar solamente 15 días, que eso nos iba a proteger de cara al futuro… y en ningún momento imaginamos que la pandemia iba a ser tan devastadora como lo ha sido. Al volver ahora a la calle, después de estar más de 50 días confinados en casa, podemos tener cierto miedo y la sensación de que perdemos aquello que para nosotros era seguro.
Si este es tu caso, sería bueno que te preguntaras “¿a qué tengo miedo?”. Quizá puede ser que tengas miedo al contagio, pero el miedo al contagio va a existir toda la vida. Tanto cuando pase el coronavirus como cuando llegue dentro de unos años o el año que viene un virus distinto.
Por este motivo es importante que aprendamos a convivir con un grado de incertidumbre. Por lo tanto, lo único que podemos hacer con este miedo es tener bajo control aquellas cosas que son controlables.
¿Qué cosas se te ocurre que son controlables en este momento?
Todas las conductas que nos ayudan a ser prudentes y a ser responsables (por ejemplo, el distanciamiento de 2 metros, el uso de mascarillas, etc.) Y a partir de ahí, aplicar estrategias de distanciamiento emocional para cualquier idea que nos aparezca relacionada con “¿y si me contagio?”. Una estrategia de distanciamiento emocional sería que cuando nos venga este miedo de “¿y si me contagio?”, decirnos “gracias mente, puede pasar”. Es decir, acepto que eso está ahí pero sin convertir ese pensamiento en protagonista.
Respecto a cuánto va a durar ese miedo, cabe mencionar que esto dependerá de cada persona, ya que aquí hay que tener en cuenta muchas variables personales como la experiencia que tengamos con otras situaciones difíciles y como ha sido nuestra resiliencia en esos momentos, la capacidad que tenemos para abstraernos de los miedos que nos rondan en la cabeza, etc.
Queremos ayudarte a superar los problemas generados por el coronavirus. Si nos aportas más información sobre tu
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