Abuso sexual: mitos y detección

El abuso sexual se puede definir como aquel contacto sexual que no es deseado por la persona. Esto puede ocurrir a través de la fuerza (física o emocionalmente) a que la persona realice algún acto de tipo sexual.

Pocas veces o casi nunca se habla acerca de los diferentes tipos o métodos en que alguna persona puede ser víctima de un abuso sexual, específicamente hacia la población de niños y adolescentes. Es por eso que nombramos las siguientes formas en que un niño, adolescente o adulto puede ser o estar siendo víctima de abuso sexual:

De forma directa por contacto físico: Acariciar con o sin ropa, frotamientos contra el cuerpo de la persona, o inducir a la estimulación de los genitales, oral genital de la víctima al victimario o viceversa, penetración con objetos o partes del cuerpo, usar a la persona en la producción de pornografía de manera indirecta.

Sin contacto físico: Consumir pornografía, mostrar o facilitar pornografía, de parte del victimario, forzar a presenciar actos sexuales, mandar mensajes, videos o fotografías con contenido sexual.

Lastimosamente en nuestra sociedad se han visto la presencia de mitos ante el abuso sexual, algunos de estos pueden ser: 

-Solo las niñas o mujeres son vulnerables de ser abusadas sexualmente

Las niñas o mujeres tienen un comportamiento provocador que incitan a que abusen de ellas

-Es normal que las niñas y niños jueguen entre sí sobre temas sexuales

-Un adulto puede confundirse y tener relaciones sexuales con una niña si ella tiene un cuerpo bien desarrollado y se ve mayor a su edad. 

Así como estos, conocemos muchos otros mitos o mentiras que a lo largo se han generado para tratar de justificar los comportamientos de abuso sexual. 

¿Cómo podemos detectar si un niño/a, adolescente, o adulto pueda estar siendo víctima en abuso sexual? Generalmente, porque puede tener marcas en el cuerpo, puede presentar cambios en su forma de actuar u humor, puede tener para dormir o pesadillas, aislar o no tener deseos de ver a las demás personas, rechazo a quedarse solo o sola, llanto extremo o risa nerviosa de forma seguida, entre otros.  La persona víctima abuso sexual requiere una atención psicológica de forma urgente para seguir los pasos correspondientes y recibir la ayuda emocional que necesita antes este evento o momento traumático en su vida. En el caso de niños o adolescentes es importante que los familiares o padres puedan también recibir la orientación y el apoyo emocional.