Autor:
Andrea García Cerdán
Si la autoestima clásica corresponde a cómo nos valoramos a nosotros mismos, la autoestima sexual correspondería a cómo nos valoramos en el plano sexual.
Tener una autoestima sana en general no implica necesariamente que nos valoremos positivamente en todos los ámbitos. Quizá en el ámbito laboral tengo más seguridad que en otros ámbitos, o al revés.
Una persona con una autoestima sexual sana experimentaría seguridad y confianza en los encuentros eróticos. Estaría a gusto con su cuerpo y sería capaz de experimentar placer a través de él.
La autoestima sexual no tiene que ver con "las habilidades sexuales", con "ser bueno en la cama" o "tener buen sexo".
Para saber si tienes una buena autoestima sexual puedes hacerte las siguientes preguntas:
¿Te sientes seguro contigo mismo cuando practicas sexo?
¿Consideras que tus habilidades sexuales son buenas?
¿Sientes que tienes confianza en ti mismo como pareja sexual?
¿Te sientes cómodo con tu sexualidad?
¿Estás satisfecho con la calidad de tu vida sexual?
¿Eres feliz con tu vida sexual?
¿Eres capaz de comunicarte durante un encuentro erótico, sobre lo que te gusta y lo que no y sobre lo que te apetece?
¿Conoces tus gustos y preferencias en el terreno erótico?
Si la respuesta a muchas de ellas ha sido no, quizá sea buena idea comenzar a trabajar en tu autoestima sexual.
A diferencia de otros ámbitos, en el plano sexual no solemos tener tanta educación como en otras cosas. Por lo que el desconocimiento es clave para alimentar nuestras inseguridades.
La cultura patriarcal también es decisiva en influir negativamente en nuestra autoestima sexual, tanto a hombres como a mujeres. Fomenta la inseguridad física en ambos sexos, mientras los hombres tienen que ser grandes y musculosos, las mujeres tienen que ser delgadas, sin pelos, sin celulitis… Y los genitales de ambos tienen que tener cierto tamaño y forma.
El patriarcado también fomenta inseguridad erótica, en el sentido de que parece que los hombres han de saber en todo momento como satisfacer a su pareja y las mujeres han de ser activas pero no demasiado, y siempre priorizar a su pareja.
La pornografía también crea unos estándares de desempeño y de imagen que se alejan bastante de la realidad, por lo que si no lo gramos acercarnos a ellos podemos pensar que tenemos un problema.
Las experiencias sexuales negativas pueden afectarnos también. Estas pueden ir desde situaciones embarazosas, dolor hasta abuso sexual. Tener parejas muy críticas también puede afectar a nuestra autoestima.
Las creencias erróneas sobre la sexualidad y las relaciones también puede influir en que por ejemplo no comuniquemos nuestros deseos, no respetemos nuestras necesidades o no tengamos en cuenta a la otra persona.
Valora tu cuerpo. Puede que haya zonas que te gusten menos, pero todo nuestro cuerpo está preparado para sentir placer.
Trabaja tu autoestima, y comunícate de forma asertiva.
Prueba a tomar la iniciativa en los encuentros eróticos (aunque no te salga de forma natural)
Experimenta con tu cuerpo, solo o en pareja, de esta forma descubrirás qué es lo que te gusta y lo que no.
Pide ayuda profesional, para superar tus inseguridades y creencias erróneas.
Queremos ayudarte a mejorar tu vida sexual. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos entender mejor qué la provoca:
¿Qué provoca que tus relaciones sexuales no sean satisfactorias?
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Tomando en cuenta que el procedimiento de diagnóstico, la definición de metas y el tratamiento es igual en ambas modalidades, podemos concluir que la principal diferencia es el medio en el que se realiza.
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